Las imágenes de ciudades en China cubiertas por nubes de esmog han escandalizado al Occidente, pero en lo referente a la amenaza de la contaminación aérea, el enemigo está más cerca de lo que podría pensarse.
Esto debido a que permanecer en una habitación con fumadores es peor para la salud que pasear por las calles de Beijing, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La concentración promedio de PM2.5 (las partículas de contaminación aérea más pequeñas y peligrosas) en Beijing durante 2014 fue de 85.9 microgramos por metro cúbico (μg/m3).
Esto ya se encuentra más de ocho veces por encima del límite recomendado como saludable por la OMS, y en un mal día la contaminación en la capital china puede alcanzar los 500 μg/m3.
Pero uno no tiene que salir a la calle para experimentar el esmog, ya que estar en una habitación con tres fumadores resulta en un mayor nivel de contaminación que éste y estar con cinco fumadores resulta en una concentración de mil 200 μg/m3 de PM2.5.
Para China, que tiene alrededor de 300 millones de fumadores y en donde tradicionalmente es aceptado fumar en interiores y prohibiciones anteriores no han funcionado, corregir la contaminación de los cigarrillos podría ser un reto más difícil que el de vigilar la contaminación su industria.