Estímulo defensivo
El gobierno de China está reaccionando a la nueva realidad de bajo crecimiento que enfrenta. El año pasado, el país asiático creció 7.4 por ciento, la tasa más baja en un cuarto de siglo.
El Banco Popular de China, su banco central, anunció una reducción de los requerimientos de reserva de capital de los bancos en 100 puntos base, ubicando el nivel en 18.5 por ciento. La medida es una política monetaria expansiva que busca incentivar el crecimiento del crédito para que la economía adquiera dinamismo.
Rodrigo CarbajalEl gobierno de China está reaccionando a la nueva realidad de bajo crecimiento que enfrenta. El año pasado, el país asiático creció 7.4 por ciento, la tasa más baja en un cuarto de siglo.
El Banco Popular de China, su banco central, anunció una reducción de los requerimientos de reserva de capital de los bancos en 100 puntos base, ubicando el nivel en 18.5 por ciento. La medida es una política monetaria expansiva que busca incentivar el crecimiento del crédito para que la economía adquiera dinamismo.
Analistas coinciden en que el gobierno está enviando un mensaje a los mercados de que ha virado hacia una postura de política más agresiva. El recorte de los requerimientos de reserva es el de mayor magnitud desde la crisis financiera de 2008.
Agregan que el recorte es mayor al esperado y que liberará al menos un billón de yuanes en liquidez.
El consenso de los pronósticos de crecimiento para 2015 de China es de 7 por ciento. Esta economía se ve amenazada por la llegada de un punto de inflexión negativo en el mercado de bienes raíces, por una sobrecapacidad del sector industrial, así como por altos niveles de deuda local.
A pesar de la efectividad cortoplacista del estímulo monetario, escépticos de la medida consideran que esta política únicamente retrasará la ejecución de las necesarias reformas estructurales que China necesita para situarse en el camino del crecimiento sostenible a largo plazo.
El gobierno asiático también ha presionado a los banqueros para que expandan el crédito. Sin embargo, éstos enfrentan presiones opuestas para reducir la cantidad de malos préstamos y asegurar la rentabilidad de sus instituciones.