El decepcionante indicador estadounidense ofrece señales mixtas para la economía mexicana
“Son malas noticias para la economía estadounidense (...), lo cual quiere decir que los prospectos de crecimiento para los mercados emergentes no son buenos”
La semana pasada los mercados financieros le recordaron a los países emergentes como México el viejo refrán que dice “cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría”.
Datos económicos decepcionantes en la mayor economía del mundo golpearon los mercados accionarios y cambiarios de los países en desarrollo, resultando en su peor desempeño desde el inicio del año. El viernes se reveló que durante abril se crearon 160 mil empleos en Estados Unidos – por debajo de los 200 mil estimado por la mediana de los pronósticos de 92 economistas encuestados por Bloomberg, y la más baja cifra de contrataciones en siete meses.
“Son malas noticias para la economía estadounidense si el mercado laboral se ha debilitado, lo cual quiere decir que los prospectos de crecimiento para los mercados emergentes no son buenos”, dijo William Jackson, analista en la consultora Capital Economics, en entrevista con Bloomberg.
Los mercados efectivamente recibieron el dato como malas noticias, castigando a los activos de los países en desarrollo al profundizar las pérdidas que ya habían registrado durante la semana.
El índice accionario de mercados emergentes de MSCI cayó 4.3 por ciento durante la semana pasada, hilando su mayor declive desde la primera semana de enero, cuando tocó un mínimo histórico. De igual forma, el índice de divisas emergentes de MSCI cayó 1.5 por ciento en el mismo periodo, registrando su peor desempeño desde la semana del 08 de enero.
“Hay un cambio de sentimiento en el mercado, lo cual podría extender las ventas de esta semana”, advirtió Jackson.
Claroscuro en México
El decepcionante indicador estadounidense ofrece señales mixtas para la economía
mexicana.
Por un lado, la desaceleración económica estadounidense es una mala noticia para México ya que el sector exportador, uno de los mayores motores de crecimiento del país, está amarrado al desempeño de Estados Unidos, principal destino de los productos mexicanos.
Sin embargo, la misma debilidad estadounidense reduce las probabilidades de que la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, alce su tasa de interés de referencia en junio.
A pesar de que en la última semana cuatro presidentes de bancos regionales de la Fed aseguraron que su reunión de política monetaria del 14 y 15 de junio está “viva”, los mercados asignan una probabilidad implícita de sólo 10 por ciento a que se suban las tasas.
Si la Fed efectivamente pone en pausa su ciclo de alza de tasas, esto le quitaría presión al peso en el mercado cambiario.
Además, le permitiría al Banco de México mantener su propia tasa de interés de referencia en su actual nivel, dando un respiro a la economía mexicana al no encarecer el financiamiento.
