Europa bajo amenaza

La coyuntura deflacionaria de Europa amenaza con repetir el escenario de la década perdida japonesa de los 90. 

En esa ocasión, el país asiático cayó en un espiral constante de precios a la baja, cohibiendo el crecimiento económico y provocando una recesión que aún está siendo combatida con política económica poco convencional. 

Eurostat, la agencia estadística de Europa, reportó que el nivel de precios de la Eurozona se incrementó 0.4 por ciento anual en el segundo trimestre del 2014. 

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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La coyuntura deflacionaria de Europa amenaza con repetir el escenario de la década perdida japonesa de los 90. 

En esa ocasión, el país asiático cayó en un espiral constante de precios a la baja, cohibiendo el crecimiento económico y provocando una recesión que aún está siendo combatida con política económica poco convencional. 

Eurostat, la agencia estadística de Europa, reportó que el nivel de precios de la Eurozona se incrementó 0.4 por ciento anual en el segundo trimestre del 2014. 

Esto representa menos de un cuarto del objetivo inflacionario de 2 por ciento estipulado por el Banco Central Europeo  (BCE).

La deflación desincentiva el consumo, provocando una caída en la demanda que se traduce en menor inversión privada, y eventualmente en el largo plazo ocurre una caída en la producción. 

Además, vuelve la carga de deuda más difícil de pagar dado que el valor real de la moneda se fortalece. 

El índice de precios europeo ha caído desde su punto máximo desde noviembre del 2011. 

La tendencia replica el comportamiento que siguió la espiral deflacionaria japonesa después de su punto máximo en noviembre de 1990. 

Analistas prevén que la deflación en Europa se profundizará en un espiral porque el constante descenso de los precios está influyendo a la baja en las expectativas inflacionarias de los agentes económicos. 

La experiencia japonesa expone que el descenso generalizado de los precios por un periodo prolongado es muy difícil de combatir.  

Veinte años después del inicio de la recesión, el nuevo gobierno del primer ministro Shinzo Abe emprendió políticas fiscales y monetarias poco convencionales para estimular la demanda y el alza de precios. Los resultados aún están en entredicho.

El factor Rusia

Las tensiones diplomáticas entre Occidente y Rusia escalaron a una serie de sanciones cruzadas que han alimentado la tendencia deflacionaria en Europa. 

El gobierno de Vladimir Putin ordenó la imposición de un embargo a todas las importaciones europeas de comida.

La Comisión Europea calcula que en el 2013 la Unión Europea exportó casi 120 mil millones de euros a Rusia.  

La sanción que restringe el mercado ruso de los productores europeos corta la demanda y ya ha provocado severas caídas en los precios de frutas y vegetales a lo largo de Europa. 

El mes pasado, los precios de comida en Europa cayeron a una tasa de 1.1 por ciento anual, esto es antes del embargo. 

La decisión de Rusia ocurre en un contexto donde la deflación ya es escrutinio de una política de estímulo del BCE, que podría ser magnificada con un programa de compra de activos.

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