Fed: ayer o nunca
Los miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sostendrán a mediados de septiembre una de las reuniones más relevantes para el futuro económico global en los últimos años.
El mensaje ha sido claro: ante la gradual recuperación económica de Estados Unidos, la Fed busca elevar las tasas de interés que se encuentran en niveles cercanos a cero.
Sin embargo, este largo proceso de normalización monetaria ha dejado una estela de incertidumbre y volatilidad financiera.
Rodrigo Carbajal
Los miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sostendrán a mediados de septiembre una de las reuniones más relevantes para el futuro económico global en los últimos años.
El mensaje ha sido claro: ante la gradual recuperación económica de Estados Unidos, la Fed busca elevar las tasas de interés que se encuentran en niveles cercanos a cero.
Sin embargo, este largo proceso de normalización monetaria ha dejado una estela de incertidumbre y volatilidad financiera.
El nerviosismo ha sido la principal característica de los bruscos movimientos del mercado de la segunda mitad de este año.
La desaceleración de las economías emergentes y la consecuente depreciación generalizada de sus divisas frente al dólar, el miedo a la falta de liquidez, la caída del valor de las materias primas y la inestabilidad del mercado bursátil chino extienden una bruma de cautela entre los inversionistas.
Los últimos eventos de inestabilidad financiera, particularmente la oleada de pérdidas bursátiles del lunes negro de la semana pasada, levantaron dudas respecto a si este es el mejor momento para elevar las tasas de interés. De acuerdo al portal Bloomberg, los movimientos del mercado de futuros han asignado al alza de tasas en septiembre una probabilidad del 34 por ciento, una caída respecto a lo esperado hace un mes.
Posicionamiento crítico
La Fed perdió la oportunidad de normalizar su política monetaria este año mediante un incrementos en los tipos de interés. Ésta es la opinión de Bill Gross, una de las voces más influyentes en la industria y en la opinión pública.
Gross es conocido como el rey de los bonos: fundó PIMCO, la mayor administradora de bonos del mundo, y actualmente se desempeña como el director de un fondo de 1.5 mil millones de dólares de la firma Janus Capital.
Cada mes, Gross publica un reporte de perspectivas de inversión. La edición de septiembre señala que una tasa de interés neutral (ni expansiva ni restrictiva) cercana al 2 por ciento no podrá ser alcanzada sin asustar al mercado. En ese sentido, se argumenta que la política monetaria estadounidense podría causar inestabilidad autoinflingida. Cuando la Gran Recesión azotó a la economía global en 2008, las herramientas tradicionales de política económica estaban agotadas. La Fed respondió con medidas poco convencionales.
El banco central anunció una serie de programas de compras de activos para inyectar liquidez a la economía. Durante un periodo considerable de tiempo, el monto de estos programas alcanzó los 85 mil millones de dólares.
Los principales críticos de este conjunto de políticas alternativas insisten en que se crearon nuevos riesgos, se generaron distorsiones en el precio de los activos y que las medidas no eran sostenibles en el largo plazo. Una salida desordenada implicaría invariablemente una catástrofe.
Desde el punto de vista de Gross, el proceso de normalización monetaria obedece a que la Fed reconoce que tantos años de tasas de interés cercanas a cero tienen influencias negativas sobre la economía real.
“En este momento, alrededor del mundo, las políticas monetaria y fiscal no son constructivas ni propician el crecimiento; tampoco es probable que esto ocurra en un futuro” sentenció Gross.