Fed: Historia sin fin
La Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, insiste en señalizar que alzará su tasa de interés de referencia antes del cierre del año, pero los mercados parecen haber dejado de creerle.
Una mayoría de los miembros con voto del comité de política monetaria de la Fed siguen pronosticando un alza, la primera desde el 2006, para su reunión del 27 y 28 de octubre o para la del 15 y 16 de diciembre, dependiendo del desempeño económico de Estados Unidos y del mundo.
Rolando HinojosaLa Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, insiste en señalizar que alzará su tasa de interés de referencia antes del cierre del año, pero los mercados parecen haber dejado de creerle.
Una mayoría de los miembros con voto del comité de política monetaria de la Fed siguen pronosticando un alza, la primera desde el 2006, para su reunión del 27 y 28 de octubre o para la del 15 y 16 de diciembre, dependiendo del desempeño económico de Estados Unidos y del mundo.
Los mercados de futuros mostraban que los inversionistas veían a la reunión de diciembre como la candidata más probable para un alza después de que la Fed decidió mantener intacta su tasa durante su reunión de septiembre, pero ahora éstos asignan sólo un 30 por ciento de probabilidad a este escenario.
Con diciembre fuera de las expectativas, las miradas se tornaron hacia la reunión de marzo del 2016. Pero indicadores económicos decepcionantes y la volatilidad financiera de los últimos meses han apagado estas expectativas.
Hace dos semanas las probabilidades asignadas a marzo eran de 66 por ciento, y ahora son de sólo 49 por ciento – prácticamente idénticas a arrojar una moneda al aire.
Obstáculos monetarios
La Fed se enfrenta a presiones internas y externas en sus objetivos por normalizar su política monetaria después de siete años de estímulo sin precedentes.
Estas políticas acomodaticias han incluido recortar su tasa de interés de referencia a un bajo histórico de entre 0 y 0.25 por ciento e implementar tres rondas sucesivas de compras de activos que inyectaron un total de 3.7 billones de dólares a su economía.
Domésticamente, la Fed tiene que lidiar con una baja tasa de inflación que aún dista por mucho de sus objetivo oficial y con indicadores de consumo y empleo que han caído por debajo de la expectativa. En el extranjero, la volatilidad financiera y desaceleración económica amenazan con arrastrar al mundo a un espiral de estancamiento y recesión que terminaría por golpear a Estados Unidos.
“Si la economía tiene un desempeño que se alinea con mi pronóstico, estaría a favor de un alza más tarde en este año. Pero es un pronóstico, no un compromiso”, dijo ayer William C. Dudley, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y vicepresidente del comité de política monetaria de la Fed.