Si la crisis económica del 2008 dejó una lección clara en el mundo, fue la del daño que puede llegar a ocasionar la sobrevaloración de un sector.
La llamada burbuja inmobiliaria de la crisis fue provocada por el alza acelerada de los precios de viviendas en Estados Unidos.
Sus efectos fueron sentidos en todo el mundo y la economía global sigue luchando para recuperarse.
Sin embargo, en México parece que la mala experiencia fue en vano y no se aprendió de los errores.
Advertencias de organismos y analistas internacionales señalan que el mercado inmobiliario mexicano ha comenzado a crear una burbuja económica debido a la popularidad que han tenido los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras).
La oferta de FUNO
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió mediante un comunicado el mes pasado que se registró una alza en el precio de las casas en comparación con sus promedios históricos.
El índice de precios de viviendas del FMI creció 3.1 por ciento en términos anualizados, mostrando tasas de crecimiento significativo en las economías emergentes: 10 por ciento en Filipinas, 9 por ciento en China, y 7 por ciento en Brasil.
Aunque en México el incremento solo fue del 1.47 por ciento, los analistas afirman que la tendencia es motivo de preocupación, sobre todo si se toma en cuenta que las Fibras siguen creciendo.
Durante junio, la Fibra UNO (FUNO) realizó su cuarta oferta de certificados fiduciarios inmobiliarios mediante la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Esta operación permitió la recaudación de más de 32 mil 800 millones de pesos a través de 5 mil 256 inversionistas nacionales y extranjeros.
Anteriormente en mayo, FUNO llamó la atención del mercado con una compra de bienes raíces valuada en 23 mil 160 millones de pesos, la adquisición más grande de su tipo registrada en México.
Por otro lado, junio también fue testigo de una nueva oferta en este tipo de inversión a través de la Fibra Prologis la cual hizo su debut en la BMV.
El fideicomiso cuenta con 177 propiedades industriales que equivalen a 29.7 millones de pies cuadrados en materia de manufactura y logística.
El ‘fantasma’ de Paseo de la Reforma
La avenida de Paseo de la Reforma en el Distrito Federal es un claro espejo sobre cómo el boom inmobiliario ha golpeado al mercado.
Desde el 2011, las Fibras han permitido la construcción de varias torres nuevas de oficinas en Reforma, creando una sobreoferta de espacios ejecutivos.
El diario Wall Street Journal informa que los ocho nuevos edificios en construcción, mas otros cuatro en fase de planeación, traerán consigo 530 mil nuevos metros cuadrados para el 2018.
Esto significa esencialmente duplicar la oferta actual de oficinas en la avenida.
La publicación advierte sobre el posible riesgo de un exceso en la oferta al tomar en cuenta que, actualmente, el 16 por ciento de las oficinas en Reforma está desocupado (en relación con el promedio del 12 por ciento registrado en la ciudad).
Este acelerado desarrollo inmobiliario contrasta con el pobre crecimiento económico del año pasado y la caída en las expectativas para el 2014.
A pesar de que existen analistas confiados de que los nuevos espacios de trabajo se llenen, algunos arrendadores se ha visto obligados a reducir sus precios ante la comparable baja demanda.
Además de las Fibras, este fenómeno puede ser explicado con los incentivos creados por el Gobierno del Distrito Federal para darle más vida a Reforma.
Durante más de 10 años, las autoridades han reducido los costos de los permisos de construcción en la zona y aplicado recortes de impuestos.
Solo durante el 2007 y 2010, en pleno auge de la crisis, la ciudad atrajo 3.8 mil millones de dólares en proyectos de construcción.
Nadie sabe lo que pasará en Reforma, pero los focos de alarma ya están encendidos.
Glosario
Fibra:
Los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibra) son vehículos destinados al financiamiento para la adquisición y/o construcción de bienes inmuebles para su venta o arrendamiento. Las inversionistas reciben ingresos sobre el monto de dichas operaciones