Otro recorte a la cuenta
Ésta no ha sido una buena semana para las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana en el 2016. El lunes, la mediana de las expectativas de los especialistas en economía del sector privado consultados mensualmente por Banco de México fue reducida de 2.2 por ciento a 2.1 por ciento.
Indigonomics Staff
Ésta no ha sido una buena semana para las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana en el 2016. El lunes, la mediana de las expectativas de los especialistas en economía del sector privado consultados mensualmente por Banco de México fue reducida de 2.2 por ciento a 2.1 por ciento.
Asimismo, ayer, la actualización del reporte de Perspectivas Económicas Globales del Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó la tasa de crecimiento esperada de la economía mexicana en 2016 desde 2.5 por ciento a 2.1 por ciento.
El recorte de expectativas, que ha sido constante en los últimos tres años, refuerza el argumento de que México está sumido en un problema de bajo crecimiento estructural. En las últimas tres décadas, la tasa promedio anual de expansión del producto interno bruto (PIB) ha sido de 2.3 por ciento.
La revisión a la baja de la perspectiva económica de México, contrasta con el diagnóstico que realiza el FMI en relación a otras economías emergentes. El reporte establece que estos países están saliendo de recesiones o estabilizándose. En ese sentido, mejoró su pronóstico de la economía de Brasil y de Rusia, advirtiendo que sus recesiones no serán tan profundas como había sido proyectado originalmente.
Por otra parte, el FMI también redujo la perspectiva de crecimiento de la economía de Estados Unidos de manera significativa, de 2.2 por ciento a 1.6 por ciento. Esto tiene implicaciones directas para México, considerando que la producción manufacturera y el consumo estadounidense son un pilar del modelo de crecimiento mexicano basado en las exportaciones. El 80 por ciento de los bienes y servicios que México vende en el exterior se destinan a Estados Unidos.
Debilidad interna
En el segundo trimestre del año, la economía mexicana registró una contracción de 0.2 por ciento frente al periodo inmediato anterior. Esto significó la primer caída trimestral en los últimos tres años.
Sin embargo, esto no representa una coyuntura aislada. Ayer, el INEGI reportó que en julio, la inversión fija bruta se redujo 1.2 por ciento frente al mes anterior, abonando a la narrativa de debilidad económica.
En término interanuales, la inversión fija bruta retrocedió 1.7 por ciento, sumando su cuarta caída consecutiva en este rubro. Al desglosar el indicador, la construcción residencial muestra la caída más pronunciada, con una baja de 8.14 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado.
El consenso de analistas refiere que la desaceleración de Estados Unidos, el debilitamiento de los indicadores internos, los desbalances de las finanzas públicas y la postura defensiva de las políticas fiscal y monetaria pintan un escenario poco alentador para el futuro económico de México en el corto plazo.