Ford tiene un plan para impulsar sus ganancias y el precio de su acción en el mercado, que tal vez la lleve a enfrentarse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se ha comprometido con la creación de empleos en ese país.
Lo extraño es que la automotriz estadounidense no ha dado muestra de querer contradecir a Trump, ya que fue una de las armadoras que se doblegó a sus amenazas y canceló un proyecto en San Luis Potosí de 1.6 mil millones de dólares, para llevarse los empleos a Estados Unidos.
Sin embargo, ayer una fuente relacionada con la operación confirmó a Reuters, que Ford alista una estrategia de reducir la mano de obra asalariada en América del Norte y Asia, en un 10 por ciento.
El diario The Wall Street Journal reveló el plan de Ford de ajustar el 10 por ciento de la fuerza de trabajo global de 200 mil personas, pero la cifra no fue confirmada por la compañía.
Ante eso, Ford omitió comentar sobre la eliminación de puestos de trabajo, pero confirmó el interés de seguir con las estrategias para “impulsar el crecimiento rentable”, indicó el reporte.
“Reducir los costos y volverse lo más austero y eficiente que sea posible sigue siendo parte de esta labor”, explicó la compañía en un comunicado.
“No hemos anunciado nuevas acciones de eficiencia de personal, ni comentamos sobre la especulación”, reveló Ford.
La firma automotriz registra cerca de 30 mil trabajadores asalariados en Estados Unidos.
Estrategia en pie
La información filtrada a los medios de comunicación apunta a que Ford estaría dispuesto a ofrecer generosos incentivos de jubilación anticipada para bajar el número de la plantilla asalariada para el 1 de octubre, pero sin afectar a los empleados por horas o su producción.
Estas acciones forman parte de un anuncio previo de recortar costos en tres mil millones de dólares, según dijeron a Reuters.
También ocurren en un contexto donde la industria automotriz estadounidense enfrenta una débil demanda de autos, luego de experimentar un auge en ventas de siete años consecutivos desde el final de la Gran Recesión.
La especulación sobre estos recortes se generó a pocos días de que el presidente de Ford, Mark Fields, se enfrentó a las críticas de miembros del consejo de administración y accionistas por su gestión al frente de la firma.
Ford advirtió que, este año, la rentabilidad sería inferior a la de 2016, debido a la apuesta en la inversión en vehículos autónomos y eléctricos, así como en la diversificación hacia los servicios de movilidad.
Al cierre de 2016, la automotriz registró el segundo ejercicio de mayores ganancias, con 10 mil 400 millones de dólares, antes de impuestos; pero en el primer trimestre de 2017, los beneficios cayeron de 35 por ciento.
Los accionistas de la compañía reclamaron a Fields sobre el pobre rendimiento de las acciones. Desde que asumió las riendas de la dirección general en 2014, el precio de las acciones registran una caída de 36 por ciento; lo cual contrasta con los beneficios de la empresa.
La preocupación de los inversionistas tomó fuerza luego que el fabricante de autos eléctricos, Tesla, superó a Ford en valor de mercado al alcanzar 51 mil millones de dólares, a pesar de que vende menos unidades.
En el arranque de la sesión de la bolsa de Nueva York (Nyse), las acciones de Ford registraron una caída de 0.14 por ciento para ubicarse en 10.93 dólares por título y cerrar sin variación en 10.94 dólares.