La pesadilla comenzó en junio del año pasado. Tras varios intentos fallidos por comunicarse con su asesora bursátil, un grupo de clientes de la Casa de Bolsa Interacciones supo que algo no andaba bien. Poco después, se enteraron que su patrimonio peligraba por un presunto fraude cometido bajo el nombre de la institución financiera.
Entre las inversionistas afectadas se encuentra Gabriela Rodríguez, quien relata que durante varios días buscó a Érika Torres Torres, gerente de promoción bursátil de Interacciones, sin éxito.
Rodríguez, de 62 años, recuerda que en junio de 2016 firmó un contrato con la extrabajadora de la institución que ahora forma parte del Grupo Financiero Banorte, por recomendación de una persona de cercana, que invirtió con ella.
Al percibir los beneficios que tenía con la inversión de su dinero, Gabriela le sugirió a la exejecutiva ponerse en contacto con sus amigos y familiares para que ellos también pudieran sacar ventaja.
Aprovechando la confianza que había generado con sus clientes, la gerente de la correduría les solicitó por medio de su correo electrónico institucional y mensajes de WhatsApp realizar depósitos a cuentas de terceros, los que aseguró eran parte de su inversión.
Los clientes del banco no imaginaban que estaban siendo víctimas de un supuesto fraude, ya que Torres, haciendo mal uso del nombre de la financiera, les entregó estados de cuenta falsos donde aparecían los montos de los depósitos y el pago de los rendimientos de las supuestas inversiones.
La alerta se encendió cuando los inversionistas recibieron información poco clara sobre sus estados de cuenta. En ese momento, la exejecutiva desapareció.
Por medio de llamadas, mensajes de WhatsApp y correos electrónicos Gabriela buscó la forma de contactarla, pero todo fue en vano, nunca obtuvo una respuesta.
“No es normal que una persona que tiene tu dinero no se comunique contigo”, cuenta Gabriela Rodríguez a Reporte Índigo.
La afectada conoció a un grupo de personas que tenían la misma preocupación ante la incertidumbre de no saber el estatus del dinero que entregaron a la extrabajadora de Interacciones para realizar las supuestas inversiones.
“Quien me la recomendó me llamó por teléfono y me preguntó si sabía algo de ella, y quienes se conocían entre sí se empezaron a avisar, fue una especie de cadena y al final nos pusimos de acuerdo para ir al banco”, agrega Rodríguez.
Al llegar a las instalaciones de Grupo Financiero Interacciones, en Paseo de la Reforma, el grupo integrado por cerca de 24 personas recibió una respuesta que los dejó paralizados: Torres había dejado su cargo en el banco y este no se haría responsable de las acciones de su exempleada.
A más de un año de distancia, para Gabriela aún no está claro el motivo de la salida de la exasesora bursátil de la correduría. La afectada comparte que el grupo nunca la notificó y eso permitió que la presunta defraudadora mantuviera contacto con ella y otros clientes a través de una cuenta de correo electrónico que parecía institucional, pues contaba con la identidad y las credenciales de la financiera.
Condusef, primera parada
Ante las negativas de la instituciópara responder a los cuestionamientos de los más de 20 afectados, estos llevaron el caso ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Tras presentar su queja ante la institución que dirige Mario di Costanzo, tuvieron varios encuentros con representantes de Interacciones, el objetivo era lograr acuerdos que pusieran final a la situación.
No obstante, relata Gabriela, pese al intento de conciliación por parte de Condusef, institución de la que asegura es la única de la que recibió respaldo, la respuesta de la casa de bolsa no cambió: rechazaron hacerse responsables de los actos cometidos por su exempleada.
Por su parte, Condusef, entregó a Gabriela y otros afectados un dictamen en el que refiere que Interacciones es responsable de las acciones que realizó la extrabajadora, de acuerdo con en el Artículo 198 de la Ley del Mercado de Valores.
Germán González, abogado que representa a un grupo de defraudados, explica que este oficio permite a la afectada avalar ante un juez que una institución especializada determinó que Interacciones es responsable de los actos cometidos por su excolaboradora.
Gabriela desconoce si Condusef notificó sobre el dictamen a Interacciones, lo único de lo que tiene certeza es que a raíz de su acercamiento a la comisión, su cuenta de inversión tiene un saldo de ocho centavos, frente a los depósitos que hizo por más de dos millones de pesos durante un año.
“Bienvenida a Banorte”
Grupo Financiero Banorte cerró un acuerdo para adquirir las operaciones de Interacciones por 27 mil 425 millones de pesos en octubre de 2017, transacción que terminó con la fusión de ambas empresas el pasado 13 de julio.
Tras la fusión, Gabriela recibió la notificación de la migración de su cuenta a través de un correo electrónico de Banorte, cuya sede está en Monterrey, Nuevo León.
En el correo electrónico le ofrecieron una serie de consideraciones para realizar depósitos en su correduría a lo que Gabriela hizo caso omiso, pues, además de ya no contar con recursos porque solicitó un crédito por un millón de pesos para poder invertir con Interacciones, ya no tiene confianza para hacerlo de nuevo.
Estas han sido las únicas comunicaciones que ha recibido de Banorte, ninguna respecto al presunto fraude del que fue víctima.
”Al momento de fusionarse (Banorte) adquirió derechos y obligaciones, y tienen que cumplir con los clientes de Interacciones”, asegura el abogado González Bustos.
En un correo electrónico dirigido a Reporte Índigo, representantes de Banorte precisaron que no podían hablar del presunto fraude que ocurrió en la Casa de Bolsa Interacciones, salvo de la institución dirigida por Carlos Hank Gonzalez.
En el pasado, Banorte enfrentó una situación similar. Inversionistas de su casa de bolsa fueron defraudados por un representante de la empresa, aunque en ese caso, el banco reparó el daño.
“En su momento Casa de Bolsa Banorte identificó la actuación irregular de un promotor en particular, que habría afectado a un grupo de sus clientes directos. Desde el momento en que detectamos esta práctica, establecimos contacto con cada uno de sus clientes para analizar cada caso en particular”, declara Banorte sobre el caso ocurrido en julio de 2017.
Asimismo, la institución financiera comenta que al detectar las actividades irregulares de su asesor, quien ya no labora en la correduría, estableció contacto con sus clientes para apoyarlos a través de su Unidad Especializada de Atención a Usuarios (UNE).
Gabriela Rodríguez mantiene la esperanza de recuperar su dinero y, adelanta, agotará el caso del presunto fraude que cometió Erika Torres ante todas las instancias legales, aunque, por ahora, se encuentre desaparecida.
“Mi situación me da mucho pesar y también la de todas las víctimas porque estamos en el mismo barco, pero no nos rendiremos”.