Apuesta por el petróleo

General Electric (GE) está apostando a que se consolide la recuperación de la peor crisis del mercado petrolero en una generación.  El conglomerado anunció que fusionará su unidad de gas y petróleo con la compañía de servicios energéticos Baker Hughes.

La fusión pretende crear una empresa independiente, con ingresos combinados de 32 mil millones de dólares, que cotice en el mercado de valores. 

El anuncio ocurre en medio de una oleada de consolidación en la industria. En los últimos años, tan sólo la división energética de GE ha gastado alrededor de 10 mil millones de dólares en adquisiciones.

La reducción de costos se ha convertido en un asunto de vida o muerte para una industria que ha visto caer el precio del petróleo en más de 50 por ciento desde que alcanzó un pico en junio de 2014.

En todo el sector petrolero se han perdido cerca de 350 mil empleos, de los cuales la mayor parte corresponde a empresas de servicios petroleros.

El recorte en los gastos de capital de las grandes firmas energéticas y la reticencia a iniciar nuevos proyectos de exploración y producción han hecho estragos en las firmas de servicios energéticos. La agencia Bloomberg reporta que, de acuerdo al despacho legal Haynes & Boone, más de 100 empresas de este ramo se han declarado en bancarrota en los últimos dos años.

En ese sentido, el acuerdo de GE se ha diseñado en función de la capacidad de resiliencia de la compañía para soportar los cambios en el ciclo del mercado petrolero.

Jeff Immelt, director general de GE, dijo en una entrevista para la agencia Bloomberg: “(La nueva compañía) Cuenta con un portafolio diversificado que le permitirá sortear los ciclos del negocio mejor que cualquier otra empresa”.

A pesar de que en el último trimestre la unidad de gas y petróleo de GE presentó una baja en los ingresos de 25 por ciento, ésta representa la cuarta división más importante de la compañía.

“Todavía pensamos que (la unidad de gas y petróleo) continúa siendo un negocio central para GE” refirió Immelt.

Esto pone de relieve el peso que otorga la compañía a una mejora en la perspectiva del mercado petrolero. GE añadirá 20 mil millones de dólares a su deuda con el fin de consolidar la operación de fusión.

Perspectiva optimista

La apuesta por un rebote en el sector de servicios petroleros responde a la reciente estabilización de los precios del crudo. La firma calificadora Fitch emitió una nota en la que dijo que “espera un incremento moderado en la actividad de exploración y producción petrolera global, con una proyección más robusta para el 2018”. 

La escala y la sinergia de costos le permitirán a la nueva compañía competir directamente con el líder de mercado, Schlumberger. En términos de ingresos, la entidad fusionada superará a Halliburton, posicionándose como uno de los líderes de la industria.

Por otra parte, esta operación de concentración marca una diferencia respecto a la estrategia de desagregación de activos que ha seguido GE en los últimos años. Desde la crisis de 2008, la firma se ha desprendido de más de 200 mil millones de dólares en activos financieros. Asimismo, GE ha vendido unidades de negocio clave como la división de electrodomésticos y la unidad NBCUniversal, que fue comprada por Comcast.

Tras la adquisición de Alstom, valuada en 13 mil millones de dólares, la fusión con Baker Hughes representa el movimiento de consolidación de más alto perfil desde la crisis global para GE.

“Éste es el momento adecuado en el ciclo para invertir” dijo Immelt. “Se presentó una oportunidad única” agregó.