Gerald Tyrwhitt: el barón apasionado

Tendencias depresivas
Durante largos periodos de su vida sufrió de tendencias depresivas. El momento en el que se agudizó este problema fue cuando regresó a Inglaterra después de pasar alrededor de seis años en Roma. Al regresar, en 1945, se fue quedando solo y empezó a desmotivarse, finalmente murió en el año 1954 a los 66 años.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Tendencias depresivas
Durante largos periodos de su vida sufrió de tendencias depresivas. El momento en el que se agudizó este problema fue cuando regresó a Inglaterra después de pasar alrededor de seis años en Roma. Al regresar, en 1945, se fue quedando solo y empezó a desmotivarse, finalmente murió en el año 1954 a los 66 años.

Música, su gran amor
A pesar de sonar como un personaje muy extraño, se volvió un compositor de orquesta y ballet importante. En un punto dejó de componer música que le gustara a él y componía música para la gente, debido a que según había perdió su musa. Tanto amor tenía por la música que logró que le instalaran un clavicordio adentro de su carro Rolls Royce.

Reaccionario
Ingresó a la prestigiosa escuela Eton College en Inglaterra durante su adolescencia, sin embargo, no terminó satisfecho.
Criticaba el hecho de que la escuela se centraba en formar el carácter de los alumnos, pero que no lograban ofrecer una educación adecuada. Esto denotaba que desde joven tenía ardua pasión por el conocimiento.

Relación problemática
La abuela del Barón era extremadamente religiosa y su madre se caracterizaba por ser muy prejuiciosa. No obstante, Gerald tuvo una relación amorosa con otro hombre durante sus años de estudio. Sin embargo su mal estómago se encargó de acabar con esto. Después de que Tyrwhitt le vomitó a su amante, acabaron la relación.

Mascotas inusuales
Cuando era niño intentó hacer volar a un perro aventándolo por la ventana… claro que no funcionó. Durante la época de Pascua pintaba a sus palomas de colores fosforescentes para ir de acuerdo a la temporada. Decían que cuando las dejaba volar parecía que el cielo estaba lleno de confeti de colores. Además tenía una jirafa en el patio, con la cual solía tomar el té.

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