A pesar de que la Ley Federal de Competencia Económica marca que se deben prevenir y eliminar los monopolios, prácticas monopólicas y otras restricciones a la eficiencia de los mercados, la resolución de la Comisión Federal de Competencia (CFC) respecto a su investigación de prácticas monopólicas en el mercado cervecero no mostró señales claras de querer abrir dicho mercado a la competencia, según apuntan los críticos de la medida.
La ley marca que en las prácticas monopólicas relativas se incluyen los contratos o convenios que busquen impedirles sustancialmente el acceso al mercado a otros actores económicos, incluyendo la compra o venta sujeta a la condición de no adquirir los productos de otro competidor.
En su reciente resolución, la CFC limitó los contratos de exclusividad al 25 por ciento (con un descenso gradual al 20 por ciento) del total de establecimientos a los que les venden Grupo Modelo (unidad mexicana de Anheuser-Busch InBev) y Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma (unidad mexicana de Heineken International).
Además, la comisión resolvió dar acceso sin restricciones para que se puedan vender las cervezas artesanales en todos los restaurantes, bares y cantinas.
‘No llegan al fondo’
Miguel Flores Bernés, comisionado de la CFC y el único miembro del pleno que votó en contra de la resolución, declaró que al reconocer y proteger los contratos de exclusividad de las cervecerías, se formaliza el status quo a beneficio de estas empresas, y se impide la entrada de nuevos competidores, perpetuando la falta de opciones para el consumidor mexicano. Flores además apuntó que la apertura al mercado de las cervezas artesanales no debe de ser visto como un logro, ya que nunca se debió bloquear el desarrollo de esta industria.
Pero el acuerdo negociado con las cervecerías dominantes formaliza y protege la exclusividad, además que se enfoca a la distribución minorista en restaurantes, bares, hoteles y tiendas de abarrotes del sector tradicional, convenientemente dejando intactos los canales de distribución en cadenas de tiendas como Oxxo y Extra.
En respuesta a la resolución, Miller Trading Company, subsidiaria mexicana de SAB Miller y quien presentó la denuncia que derivó en la investigación, declaró mediante un comunicado que la medida fue “un paso positivo e importante”, pero que “no se llegó al fondo del asunto” y que no se han cambiado las condiciones del mercado para que se de una competencia real.