Guerra civil americana
Robert Lighthizer, titular del USTR enviará una carta al Congreso definiendo los lineamientos de Estados Unidos en la negociación del TLCAN. Esto ocurre en medio de una intensificación del cabildeo de los grupos de interés y de una profunda división en materia comercial dentro de la Casa Blanca
Rodrigo CarbajalLa división al interior de la Casa Blanca respecto al rumbo que tomará la política comercial estadounidense es tan profunda que el escenario de una renegociación disruptiva del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se mantiene vigente.
Es verdad, el tipo de cambio, al cierre de la semana pasada fue de 17.56 pesos por dólar, el mejor nivel desde mayo del año pasado. Sin embargo, las facciones que operan día a día al lado del presidente Donald Trump no han cambiado.
Por un lado, están los denominados globalistas a favor del libre comercio: el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, y Jared Kushner, el esposo de Ivanka Trump que funge como asesor presidencial en un amplio abanico de temas. Estos son los aliados de México al interior del gobierno estadounidense.
En el ala ideológica contraria están los promotores de la doctrina “América Primero”, una filosofía de gobierno profundamente enraizada en los fundamentos del nacionalismo económico. Stephen Bannon, estratega en jefe de la Casa Blanca; Peter Navarro, director del Consejo Nacional de Comercio; y Stephen Miller, asesor presidencial; son las figuras más destacadas de este grupo.
En el gabinete económico, los contrapesos a la retórica proteccionista del presidente son poco claros. Wilbur Ross, el secretario de Comercio que ha sido asociado a posturas favorables frente a la renegociación del TLCAN, es de los pocos promotores de la implementación de aranceles a la importación del acero por razones de seguridad nacional. Esta acción propiciaría una escalada arancelaria con la Unión Europea, que pudiera exacerbar la agresividad de la administración de Trump, en materia comercial justo en el momento en el que se renegociará el TLCAN.
Tiempo de definición
Una nueva carta del TLCAN será enviada hoy al Congreso estadounidense por Robert Lighthizer, titular de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés). En el documento se detallan los lineamientos de la postura de la administración de Trump de cara a la negociación del acuerdo.
La agencia Reuters reporta que miembros cercanos al proceso de toma de decisión en materia comercial de la Casa Blanca expresan que el tono de la carta de Lighthizer es de modernización, no de disrupción. Se enfatiza que algunas partes previamente negociadas en el marco del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) serán incorporadas al acuerdo trilateral.
Para México, cualquier señal de que se preservará el status quo del TLCAN es positiva. Sin embargo, la volatilidad política de la administración de Trump en términos generales mantiene un velo de incertidumbre sobre el proceso de decisión de las políticas públicas.
La posible implementación de aranceles a la importación del acero es un ejemplo claro. De acuerdo al portal Axios, la decisión fue tomada en una reunión de gabinete a la que asistieron 25 personas. Únicamente Trump, Ross y otro funcionario se pronunciaron a favor de la medida.
Esto pone de relieve lo temperamental que puede ser el presidente Trump y su efecto sobre políticas públicas de alto impacto. También refleja la influencia que puede ejercer un grupo minoritario sobre el presidente.
Un rompimiento de los frágiles contrapesos en la Casa Blanca pudiera ser determinante para la relación bilateral México-Estados Unidos e incluso para el futuro del sistema comercial global. Reportes de la prensa estadouniden refieren que Kushner y Gary Cohn podrían dejar sus puestos actuales, lo que implicaría que el ala globalista de la Casa Blanca quedaría prácticamente desierta y que México perdería acceso directo al presidente Trump.
El periodista del New York Times, Nicholas Kristof, refiere que Kushner se encuentra al centro de la investigación sobre la presunta relación entre miembros de la administración de Trump y el gobierno ruso.
Por otra parte, el portal Politico reveló la semana pasada que Gary Cohn podría ser designado presidente de la Reserva Federal en febrero de 2018, cuando expire el término de Janet Yellen.
En ambos casos, esto significaría que el ala ideológica del nacionalismo económico tendría mayor influencia sobre el presidente Trump, en la operación del día a día.
Cabildeo y movilización
Este escenario de incertidumbre explica en gran medida por qué el activismo de los grupos de interés en torno al TLCAN se ha intensificado recientemente. Notablemente, el cabildeo de la industria agropecuaria estadounidense ha tomado una postura mucho más agresiva que en los días iniciales de la administración de Trump.
Dado que el discurso del gobierno estadounidense ha insistido en que la renegociación del TLCAN debe resarcir los daños que el acuerdo supuestamente ha ocasionado a la industria y al empleo manufacturero, el sector agrícola teme que pueda ser utilizado como moneda de cambio.
De hecho, los principales grupos de presión de este sector se han aglutinado en la asociación Diálogo Alimentario y Agrícola para el Comercio de Estados Unidos, el cual refiere que la incertidumbre misma de la renegociación está obligando al gobierno mexicano a buscar alternativas a la importación de bienes de este sector. La agrupación, que reúne a empresas como Tyson y Archer Daniels Midland ha tenido reuniones con legisladores y funcionario de la burocracia federal.