Howard Hughes: Entre pasión y locura
— Récords que vuelan
Su pasión por los aviones lo llevó a convertirse en piloto y fundar su propia compañía de aviación, la Hughes Aircraft.
En la búsqueda de romper récords mundiales, se dedicó a construir el avión más rápido de su tiempo, que alcanzó una velocidad de 566 km por hora. Asimismo, su Hércules es el hidroavión más grande que ha existido y necesitaba ocho motores.
— Adicciones y obsesiones
Indigo Staff— Récords que vuelan
Su pasión por los aviones lo llevó a convertirse en piloto y fundar su propia compañía de aviación, la Hughes Aircraft.
En la búsqueda de romper récords mundiales, se dedicó a construir el avión más rápido de su tiempo, que alcanzó una velocidad de 566 km por hora. Asimismo, su Hércules es el hidroavión más grande que ha existido y necesitaba ocho motores.
— Adicciones y obsesiones
La vida de Howard Hugues hubiera sido perfecta si no hubiera sido víctima de sus excentricidades y desórdenes mentales. Sufría un trastorno obsesivo-compulsivo que se agudizó con la adicción que tenía a los analgésicos. Su dependencia a los fármacos se originó con las recetas que le prescribieron después de sus multiples accidentes aéreos que lo dejaron gravemente lesionado.
— ¿Chiflado o genio?
Uno de sus desplantes más conocido fue cuando se encerró durante cuatro meses en una sala de cine para investigar acerca de películas,sin dejar que las personas se acercaran. Vivió a base de leche y chocolates y se comunicaba a través de recados que dejaba a sus empleados. Pasaba su tiempo desnudo en la obscuridad organizando cajas de kleenex y viendo películas. Al salir estaba irreconocible, barbudo, con uñas largas y desnutrido.
— En la pantalla grande
Su afición por el cine lo llevó a producir unas de las más grandes películas de su tiempo como Hell’s Angels y Scarface. Sus empleados sufrían su obsesión por perfeccionar cada detalle. Sus cambios de humor lo llevaban de estar contento con todos, a enojarse y destruir los vestuarios del filme porque encontraba alguna descompostura. En el 2004, Martin Scorsese realizó una adaptación fílmica de su vida con El Aviador.
— Vida de nómada
Durante los últimos años de su vida, Howard vivió en hoteles acompañado de su séquito de asistentes. Siempre que llegaba a un nuevo hotel, reservaba el penthouse para su uso exclusivo. Cuando se instaló en el Dessert Inn de Las Vegas, se negó a salir de su habitación y terminó comprando el edificio para ahorrarse problemas con los propietarios. El octavo piso del hotel se convirtió en su nueva residencia desde donde manejaba sus negocios.