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El futuro del precio del petróleo es totalmente incierto. La volatilidad registrada en el mercado de crudo en los días recientes ha vuelto evidente que el petróleo está lejos de alcanzar los niveles de alrededor de 100 dólares que fueron característicos desde inicios del 2011 a finales del 2014.
Al finalizar la jornada del 31 de agosto, el barril WTI registró un alza de 27 por ciento en tres días, situando el precio alrededor de los 50 dólares después de haber tocado mínimos de seis años y medio una semana antes. Esto significa el mayor incremento de tres sesiones de los últimos 25 años.
Sin embargo, ayer inició la corrección a la baja: hacia el mediodía, el barril WTI perdía el 7.11 por ciento de su valor. China, el segundo mayor consumidor de petróleo, reportó datos de manufactura debajo de los esperado, lo que volvió a levantar dudas sobre el comportamiento de la economía asiática y su capacidad para sostener la demanda mundial de crudo.
¿Cambio en la OPEP?
La caída del precio del petróleo desde su nivel de cien dólares se debió en gran medida a la decisión que tomó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en noviembre de no recortar su producción.
Desde entonces, el cártel de precios más grande del mundo ha sacado petróleo a razones históricamente altas para defender su participación de mercado. Arabia Saudita, el líder en producción y líder político del grupo, impulsó esta medida para inundar al mundo de crudo, presionando los precios a la baja de modo que los productores estadounidenses que cuentan con costos más altos estarían forzados a salir del negocio.
Analistas explicaron que el rally de tres días en el mercado petrolero se debió a que la OPEP podría cambiar su política hacia un enfoque de cuotas de producción que eleve el precio del crudo.
Un posicionamiento editorial de un boletín mensual del cártel señaló que “la continua baja en el precio del petróleo, ocasionada por un alza en la producción y exacerbada por la especulación del mercado, se mantiene como una preocupación para la OPEP y sus miembros.”
Además, refirió que el grupo estaba abierto y listo para hablar con todos los productores para alcanzar un escenario de precios equilibrados y justos.
La ilusión se rompió rápidamente. Ed Morse, economista del conglomerado Citi, argumenta que este posicionamiento no refleja un cambio de política en la OPEP: “el mercado pisó en falso” aseguró.
Por otra parte, Arabia Saudita no ha expresado cambios en su rígido discurso. El peso de su decisión es casi definitivo en el grupo.
Asimismo, Irán, el cuarto país con las mayores reservas petroleras y miembro de la OPEP, se prepara para duplicar su producción ya que busca ganar participación de mercado a raíz del levantamiento de sanciones económicas.
Negra factura
La nueva normalidad del mercado petrolero está haciendo estragos en las economías de los países productores, tanto emergentes como desarrollados.
México, dónde un tercio del presupuesto federal depende de los ingresos del crudo, anunció la implementación de un programa de austeridad de 259 mil millones de pesos para 2015 y 2016 dada la caída del precio del petróleo.
La situación es más crítica para países productores como Venezuela y Rusia, países que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional sufrirán contracciones de 7 por ciento y 3.4 por ciento de su Producto Interno Bruto, respectivamente.
El petróleo representa el 96 por ciento de las exportaciones venezolanas. La coyuntura de bajos precios está presionando fuertemente a las finanzas públicas. La calificadora Moody’s ha asignado una probabilidad mayor a 50 por ciento a que Venezuela caiga en default en 2016.
Los problemas de desequilibrio fiscal, depreciación de divisas y desaceleración económica derivados de bajos ingresos petroleros se extiende a países como Nigeria, Libia y Argelia.
Pese a que la baja en el precio del petróleo significa un aumento en el ingreso disponible de los consumidores globales que debería traducirse en un incremento de la demanda agregada, la inestabilidad emergente amenaza al crecimiento mundial. Ayer, Christine Lagarde, la directora del FMI, anunció que el organismo espera que el crecimiento global para este año sea más débil de lo esperado.
La dependencia petrolera de un gran número de economías emergentes ha puesto de relieve la amenaza que significan los ciclos económicos de las materias primas para la estabilidad económica de países que no se han reformado para exportar productos de mayor valor agregado.
No obstante, la coyuntura petrolera no es un fenómeno que afecta exclusivamente a los países emergentes. Canadá, que es miembro del selecto grupo G7, entró en recesión técnica al registrar dos trimestres consecutivos de contracciones marginales. Cerca de un décimo de la economía canadiense depende del sector energético.
El diario Financial Times reportó en julio que la caída de los precios petroleros orilló a las grandes firmas energéticas globales a recortar 200 mil millones de dólares en nuevos proyectos de exploración y producción. Canadá fue el país más afectado: se suspendieron proyectos para desarrollar reservas equivalentes a 5.6 mil millones de barriles.