En México aún no se cobran impuestos por los daños que se generan al medio ambiente, pero en países como Grecia, Eslovenia, Dinamarca, Letonia e Italia esta medida ya es una realidad.
En la actualidad, los ingresos tributarios equivalen al 13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, en contraste con la media en América Latina que se ubica en alrededor de 17 por ciento, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Para que la recaudación fiscal y el tema ambiental puedan ser elementos complementarios para 2020, la dependencia a cargo de Arturo Herrera ha propuesto crear una reforma fiscal que, a través de impuestos ambientales, permita el incremento en la captación de recursos y al mismo tiempo contribuya con el cuidado del entorno.
Los impuestos verdes tienen fines distintos a los convencionales, con ellos no solo se busca cobrar a los agentes que emitan sustancias contaminantes, también tienen la intención de modificar el comportamiento de los consumidores, incentivar la conservación de los recursos e inhibir su sobreexplotación.
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Con esta medida, Hacienda busca recaudar desde el primer momento en que se genere un riesgo y con ello el Estado tenga los recursos suficientes para hacer frente a los problemas.
Edilberto Castro, consultor fiscal, comenta que la implementación de este tipo de impuesto en México representaría un gran avance, ya que se bajaría el incentivo a productos que contaminan y el gobierno podría recaudar más, en tanto que a nivel social esto podría dar pauta para ayudar a mitigar el daño al medio ambiente.
“Lo ideal es que México empiece a cobrar estos impuestos como ya lo hacen países europeos y poco a poco pueda mudarse a este tipo de esquema que a largo plazo ha generado grandes beneficios. Esta medida podría traer un impacto al consumidor final, pues estaría pagando más por lo que consume, de alguna manera esto también le ayuda a las personas a ser más conscientes de lo que están comprando”, comenta.
De los únicos impuestos ambientales que se generan ingresos en México son de la tenencia y el refrendo
Emplear lo recaudado de los impuestos verdes
Entre los países que más recaudan impuestos ambientales en proporción al PIB se encuentran Australia y Alemania con 1.9 por ciento, le sigue Chile con 1.2 por ciento, en tanto que Estados Unidos suma 0.7 por ciento y México apenas figura con 0.1 por ciento, de acuerdo con una investigación elaborada por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
A la fecha, en diversas naciones existen ejemplos de impuestos ambientales etiquetados. En Australia el gravamen al ruido de aviones es de 100 por ciento, en Chile los derechos de extracción y exploración mineros representan un 100 por ciento de impuestos, por su parte en Alemania se cobra un impuesto de 100 por ciento al transporte pesado y en el caso de Estados Unidos se tasa un 100 por ciento de impuestos al gas natural.
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Salvador Elías Castell, presidente del Colegio de Posgraduados en Ciencias Ambientales y Biotecnología del Sureste, asegura que la implementación de impuestos ambientales funciona muy bien, sin embargo, explica que lo recaudado por gravámenes verdes es utilizado para otros sectores inhibiendo la regeneración en los ecosistemas.
“Si se aplica esta medida deberían tomar en cuenta la optimización de los recursos, ya que los recursos que ahora se destinan para la atención ambiental van a los rubros de investigación y desarrollo cuando se debería invertir en tecnología y educación”.
