La inflación de 2017 cerró en 6.8 por ciento a tasa anual, desde el 3.36 por ciento de un año atrás, con lo que llegó a su nivel máximo desde mayo de 2001, de acuerdo a datos del INEGI.
En diciembre del año pasado, el dato mensual desestacionalizado resultó de 0.59 por ciento debido al incremento en el precio del jitomate así como las tarifas aéreas y los servicios turísticos, dado el periodo vacacional de navidad y año nuevo.
Debido a lo que se conoce sobre la inflación del año pasado, algunos especialistas cuestionan que lo relevante es saber lo que ocurrirá en los siguientes meses con el avance de los precios al consumidor, que han estado presionados por un arranque de año con alza de precios en tortilla, gas LP y gasolina.
A eso se añaden presiones sobre los precios de las mercancías explicadas por el contagio de la depreciación del tipo de cambio, así como por el aumento en el salario mínimo.
El INEGI precisó que la inflación en diciembre se explicó por el componente de frutas y verduras con un avance de 3.56 por ciento, en forma mensual, derivado del aumento de 42.91 por ciento en el precio del jitomate y 26.81 por ciento en las calabacitas.
En la parte del índice subyacente, que incluye los productos cuyo precio es menos volátil, destacó el aumento de 1 por ciento en el componente de otros servicios debido al crecimiento de 22.69 por ciento de las tarifas aéreas; de 7.43 por ciento en los servicios turísticos en paquete; de 0.59 por ciento en los restaurantes y similares y de 0.84 por ciento en el colectivo.
La inflación no subyacente se ubicó en una tasa anual de 12.62 por ciento en diciembre su nivel más alto desde septiembre de 1999, como resultado de un avance mensual del subíndice de 1.08 por ciento, al elevarse los precios de frutas y verduras.
Respuesta agresiva
Por su parte, banco Intercam indicó que los números se colocaron apenas por encima de lo estimado por analistas, de acuerdo a una encuesta de Bloomberg.
“La inflación subyacente se colocó en 4.87 por ciento a tasa anual y se incrementó 0.42 por ciento en diciembre, números por debajo de estimados”, refirió el documento.
El resultado apunta a una postura agresiva del Banco de México en 2018, del cual ya se esperan dos alzas más en su tasa objetivo.
Sobre el particular, el subgobernador de Banco de México, Javier Guzmán señaló en un documento publicado en el sitio del banco central, que desde principios de 2017, las presiones inflacionarias aumentaron de manera significativa ante la fuerte depreciación del peso y la materialización de un número importante de choques de oferta.
La respuesta de Banco de México ha sido agresiva ya que desde diciembre de 2015 ha incrementado en 425 puntos base la tasa de interés de referencia para ubicarse en 7.25 por ciento al cierre de 2017.
Además, las expectativas de inflación a largo plazo se han mantenido estables.