Inflación online
Como nunca antes, estamos expuestos a una cantidad impresionante de precios gracias a Internet.
El consumidor puede comparar el costo de una cámara fotográfica, nueva o usada, en miles de tiendas virtuales con solo unos clics de computadora.
Para los investigadores y los gobiernos, tal disponibilidad de información vía Internet es una mina de oro que bien harían en aprovechar.
El proyecto de los “Mil millones de precios” del Massachusetts Institute of Technology (MIT) es un ejemplo.
Eduardo FloresComo nunca antes, estamos expuestos a una cantidad impresionante de precios gracias a Internet.
El consumidor puede comparar el costo de una cámara fotográfica, nueva o usada, en miles de tiendas virtuales con solo unos clics de computadora.
Para los investigadores y los gobiernos, tal disponibilidad de información vía Internet es una mina de oro que bien harían en aprovechar.
El proyecto de los “Mil millones de precios” del Massachusetts Institute of Technology (MIT) es un ejemplo.
Se trata de un programa de computadora que pretende medir diariamente la inflación en más de 70 países, usando los precios que miles de millones de tiendas publican en Internet.
Como se necesita una canasta para comparar precios, las agencias estadísticas cambian la composición de los bienes poco a lo largo del tiempo. Este software puede tener una canasta de miles de millones de precios y actualizarse a diario, pues la información que toma es pública y fácil de obtener.
El proyecto inició a iniciativa de un catedrático del MIT, quien notó una diferencia importante en la tasa de inflación oficial que se publicaba en Argentina y lo que él percibía en el supermercado.
Usando el software encontró que la inflación era tres veces lo reportado por la autoridad.
Desde entonces, se han encontrado anomalías en los datos que reporta Argentina hasta el punto de que el diario The Economist y otras prestigiosas organizaciones han dejado de publicar los datos oficiales, optando por este método de medición.
A pesar de que se ha hecho el experimento en otros países, incluyendo México, las diferencias no resultan muy preocupantes respecto a los datos oficiales.
Además de exponer a una que otra agencia estadística con dudosos métodos de recopilación, el proyecto puede servir para predecir las tasas de inflación que serán publicadas después.
Por ejemplo, en el clímax de la crisis financiera de 2008, cuando quebró el banco de inversiones Lehman Brothers, el proyecto detectó una fuerte caída de precios porque las tiendas virtuales decidieron implementar fuertes descuentos.
Un mes después, cuando se publicaron los datos oficiales de inflación, el efecto también fue evidente.
Es decir, no ha llegado una medición alternativa de la inflación, pues no todos los productos en una economía se venden por Internet, pero sí un método bastante acertado para predecirla.
El proyecto del MIT
http://goo.gl/q2Xyt