Los departamentos de investigación y desarrollo de los grandes nombres de Silicon Valley, y de las armadoras globales coinciden en que la tecnología de manejo autónomo marcará el futuro de la movilidad urbana.
Google, Apple y Uber están desarrollando sus propios modelos para la implementación de esta tecnología. También cuentan con asociaciones estratégicas con prácticamente todos los grandes productores del sector automotriz.
Estas compañías gastan miles de millones de dólares en la adquisición de pequeñas y medianas empresas altamente especializadas en tecnología con aplicaciones específicas. La construcción del automóvil del futuro requiere proveedores que ayuden a diseñar y construir los componentes de los vehículos de manejo autónomo.
En ese sentido, ayer, Intel, el líder global en la producción de chips para ordenadores y centros de administración de datos, realizó una oferta de 15.3 mil millones de dólares para adquirir Mobileye, una firma israelí líder en tecnología de detección de colisiones y en software para la elaboración de mapas para automóviles.
La oferta representa la tercera operación más cara de la industria tecnológica desde la burbuja de las dotcom del 2001, considerando como variable de referencia la relación del monto de la adquisición entre las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortizaciones (EBITDA, por su siglas en inglés) del último año.
Esto pone de relieve la fuerte necesidad de las compañías tecnológicas por posicionar su liderazgo en el sector de manejo autónomo. En octubre del año pasado, Qualcomm, un rival directo de Intel, adquirió a la firma holandesa NXP por 47 mil millones de dólares. La operación pretende, al igual que la apuesta de Intel, convertir a Qualcomm en el mayor proveedor de chips de esta incipiente industria.
De acuerdo a Intel, el mercado de sistemas para vehículos de manejo autónomo estará valuado en 70 mil millones de dólares en el 2030.
Brian Krzanich, director general de Intel, sostiene que los automóviles que se manejan solos recolectarán grandes cantidades de datos que necesitarán de software y hardware de alta calidad para procesar toda esta información. Con la fusión, Intel busca ofrecer un servicio integral de administración de datos, inteligencia artificial, servicio de nube informática y elaboración de mapas digitales que requerirán de los chips sensitivos de última generación de la compañía.
Mobileye ya ofrece parte de este portafolio de servicios a cerca de 20 compañías automotrices. De hecho, la firma israelí fue uno de los primeros proveedores de Tesla, la empresa pionera en el desarrollo de tecnología de manejo autónomo.
Cerrar la brecha
El consenso de analistas argumenta que Tesla se estaba rezagando respecto a sus competidores Qualcomm, Delphi y Nvidia en la carrera por asegurar una posición dominante en el sector de sistemas para vehículos de manejo autónomo.
Además, la operación pretende darle un nuevo rumbo a la compañía. Aunque las unidades de negocio tradicional de Intel cuentan con altos márgenes de rentabilidad, tienen poco potencial para seguir creciendo.
Krzanich argumenta que para construir un vehículo autónomo es necesario realizar alianzas estratégicas para compartir datos y recursos: “La escala es lo que te hará ganar este mercado. No creo que cada armadora pueda invertir para producir cada componente de un vehículo autónomo de manera independiente”.