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La industria acerera a nivel mundial es cada vez menos rentable. El principal problema al que se enfrentan las empresas es un exceso en la producción, que no ha dejado de crecer a pesar de que la demanda ha disminuido.
El acero es importante e indispensable. Es la materia prima con la cual funciona gran parte del mundo y un auge en la industria suele verse como signo de fortaleza económica.
Sin embargo, la oferta no suele acomodarse a los cambios de la demanda. Mientras que la economía mundial se encuentra débil, la producción mundial de acero aumentó en un 1.2 por ciento el año pasado para llegar a un nivel récord de más de 1.55 mil millones de toneladas de producción.
Alrededor de la mitad de la producción del acero se utiliza en la construcción, causando una gran volatilidad e incertidumbre.
Por último, los fabricantes de acero se encuentran en desventaja en contra de los grandes consumidores, como los fabricantes de automóviles.
Al no tener un oligopolio fuerte como en la industria automotriz, los acereros son suceptibles a las presiones exigidas por sus consumidores que se traducen en menores precios y márgenes de utilidad.
El acero en China
Entre las preocupaciones de la industria que giran alrededor de la rentabilidad, otro de los grandes prorblemas se encuentra China.
La creciente capacidad de producción del país asiático está dejando su huella en el mercado. Después de una década de crecimiento acelerado, las empresas chinas son ahora responsables de la mitad de la producción mundial de acero.
El gobierno chino se ha empeñado en fomentar la producción, lo que ha permitido a los fabricantes una expansión acelerada. Sin embargo, el crecimiento ha sido tan acelerado que se han sumado al grupo de empresas que sufren de una sobreproducción.
A pesar del exceso de acero, China no piensa frenar el crecimiento de las siderúrgicas. El gobierno central quiere acero barato, por lo que no está interesado en tomar medidas para reducir el exceso de capacidad.
Las declaraciones oficiales del gobierno chino aseguran que ya están tomando medidas para remediar el problema de la creciente oferta de acero, pero las declaraciones no se ponen en práctica y se siguen otorgando beneficios fiscales para la apertura de nuevas fábricas, que significan una gran fuente de creación de empleos.
Inevitablemente, el exceso de producción china terminará siendo exportado, por lo que los precios disminuirán más alrededor del mundo.
La producción total de acero en China es de alrededor 750 millones de toneladas, de las cuales se cree que se terminen exportando entre 30 y 50 millones en los próximos años, lo que equivale al total de importaciones de países como Japón, Corea del Sur y Rusia.
La revolución de la industria
Ante los cambios en la industria, las empresas estadounidenses han cambiado su modelo de negocio para reducir su número de trabajadores.
Las nuevas plantas de acero están apostando cada vez más la productividad con menos obreros y un mayor porcentaje de empleos para técnicos y administradores.
El contraste lo otorgan las empresas de US Steel Corp ,en Pittsburgh, y Gary Works, en Indiana.
La primer planta es operada con tan solo 312 trabajadores, de los cuales algunos son agricultores y solo trabajan medio tiempo.
Por el otro lado, Gary Works ocupa a más de 5 mil 880 obreros, que son representados por el sindicato United Steelworks.
En ese sentido, Steel Corp tiene una operación no sindicalizada, con costos bajos y una mayor flexibilidad para reducir o aumentar las horas de trabajo en función de la demanda del mercado.
Al no tener sindicato, las empresas pueden ofrecer salarios más competitivos con mayor facilidad.
Además de los cambios en tecnología, la industria estadounidense ha conseguido mantenerse a flote gracias al mercado automovilístico.
A diferencia de Europa, el consumo de acero en Estados Unidos creció 2.8 por ciento el último año.
Pero las empresas de carros tienen sus propias preocupaciones. Los productores de acero deben competir contra los carros construidos en base a aluminio, que ofrecen ventajas por encima del viejo metal.
Ante las circunstancias, empresas con mayor uso de teconología y menos obreros pueden ofrecer de manera más eficiente lo que la industria automotriz demanda: acero de alta calidad que cumpla con los requisitos de seguridad.
