Herencia tacaña
● Su fortuna se afianzó después de recibir dos herencias de familiares cercanos. La primera la recibió cuando su madre murió de hambre. Supuestamente, la mamá de Elwes era igual de tacaña que su hijo y no quiso hacer gastos “innecesarios” en alimentos. Después falleció su tío avaro, del cuál obtuvo el nombre de Elwes en un cambio legal para poder heredar su fortuna.
Vagabundo millonario
● A pesar de tener dinero, Elwes vivía como vagabundo para no gastar. Se iba a dormir al ocultarse el sol para no comprar velas que iluminaran su hogar. Vestía ropa vieja que en ocasiones encontraba en la basura; algunas personas lo tomaban por un mendigo de la calle y le daban limosna. No tiraba la comida que se echaba a perder para no gastar en alimentos.
Mal anfitrión
● Cuando un pariente se hospedó en su casa, la habitación que le ofreció Elwes estaba deteriorada y llena de goteras. El anfitrión confesó que ese no debía afectarle: mover la cama y dormir en las esquinas donde había menos goteras era la solución. Sus sirvientas se enfermaban en invierno porque les prohibía prender fuego para calentar la casa.
Elwes vs. doctores
● Prefería tratarse a sí mismo que pagar los honorarios de un médico. En una ocasión se lastimó las dos piernas por caminar en la obscuridad ahorrando el dinero de las velas. Cuando el doctor intentó curarlo, Elwes le apostó que podía sanar por su cuenta más rápido. El galeno solo curó una de las piernas y dejó la otra desatendida. Elwes ganó la apuesta y no pagó los honorarios correspondientes.
Problemas con préstamos
● Gran parte de su fortuna la perdió haciendo préstamos a sus amigos y conocidos. El problema era que, una vez que otorgaba el dinero, Elwes nunca lo solicitaba de regreso y la mayor parte de las personas nunca pagaban lo que debían. Parte de su filosofía de vida era que no se debe pedir a un caballero dinero sin importar la circunstancias. Murió en su cama entre delirios de que todas las personas intentaban robar su dinero.