A finales del siglo pasado gran parte de las economías emergentes se vieron afectadas por el fortalecimiento del dólar. La dependencia a la moneda estadounidense, principalmente mediante la colocación de deuda, ha provocado en el pasado serias crisis económicas en países como México.
Ahora, a comienzos del 2014, Estados Unidos parece consolidar su recuperación económica y el dólar da señales de repuntar a niveles a los que no se encontraba desde la crisis del 2008. Diversos analistas económicos mencionados en una nota del Financial Times aseguran que este año será una gran prueba para las economías emergentes que tendrán que luchar contra la amenaza del dólar.
La llamada de atención no parece ser exagerada. Desde el año pasado la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha venido anunciando el retiro del estímulo monetario como una reacción a la recuperación económica.
El simple anuncio de un futuro cese al estímulo llevó a las economías emergentes a sufrir una fuga de capitales que dejó sus huellas en los mercados.
Diferentes opiniones
De acuerdo con el Financial Times, la vulnerabilidad de los emergentes frente al dólar se ha debido en el pasado a un fenómeno que los economistas han llamado como “pecado original”. Este concepto hace referencia a la incapacidad de los países en desarrollo de pedir prestado a los extranjeros en sus propias monedas nacionales. En otras palabras, el pecado original consiste en el endeudamiento del país en monedas extranjeras como el dólar.
Debido a lo anterior, muchos países fijaron su tipo de cambio a la moneda estadounidense, lo que se volvió insostenible cuando esta se fortaleció. Cuando los gobiernos se vieron obligados a devaluar sus monedas, las deudas en dólares se volvieron impagables.
Esto fue lo que sucedió en México en 1994 con la devaluación del peso y el Efecto Tequila provocado por los tesobonos amparados en dólares.
A pesar de las lecciones del pasado, ciertos especialistas afirman que las condiciones en los mercados emergentes han cambiado y no existe el mismo riesgo de antes. Esta corriente asegura que el pecado original ya fue superado.
El argumento más fuerte para soportar esta opinión es el cambio que se ha dado en la deuda pública en los países emergentes. Según el Financial Times, mientras que a principios de los 90 la deuda pública en dólares alcanzó un máximo de 80 por ciento, hoy en día se sitúa aproximadamente en 46 por ciento.