La cerveza alemana más cara de tu vida

 

De haber vivido en Alemania entre 1921 y 1923 te toparías con un dilema muy preocupante al llegar a un bar.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Para 1925, desilusionados con el valor de su dinero, los alemanes incluso comenzaron a usar los billetes de 1 marco como papel para paredes.

 

De haber vivido en Alemania entre 1921 y 1923 te toparías con un dilema muy preocupante al llegar a un bar.

La inflación en esa época era de tal grado que los precios se duplicaban de manera exponencial, por lo tanto, al pedir algo en un restaurante o una cantina se debía tomar en cuenta el precio que ese mismo producto alcanzaría apenas unos minutos más tarde.

Se podían pedir dos cervezas desde el principio para pagar el mismo precio por ambas, y resignarte a tomarte la segunda caliente, o esperar para ordenar tu segunda bebida hasta necesitarla y tomarla helada, pero pagando una cantidad considerablemente mayor a la que te costó la primera.

¿Pagar que tanto más? Desde luego que dependía del establecimiento, pero una inflación de tal magnitud significaba al menos pagar el doble en cuestión de unas horas. Una ida a un bar con unos amigos podría costarle diferente a muchas personas.

Para 1925, desilusionados con el valor de su dinero, los alemanes incluso comenzaron a usar los billetes de 1 marco como papel para paredes.

A lo largo de toda Alemania se dieron situaciones similares. Si bien la inflación ya ni se media confiablemente, el ciudadano común sabía que debía tomar decisiones cada minuto sobre sus hábitos de consumo.

La interminable tarea de calcular precios diarios también surtió su efecto en la salud de los desafortunados alemanes. Durante esa época se registraron varios casos de “ataques de cero”, traducido en problemas emocionales debido al cálculo constante de muchos ceros.

La historia de la hiperinflación en Alemania marcó por siempre a aquel país. De acuerdo a algunos historiadores, las dificultades de vivir con una inflación de semejante tamaño ayudaron a Hitler a ascender al poder.  Además, gracias al trauma psicológico de ese periodo, el Banco Central Alemán, el Bundesbank, se hizo uno de los más preocupados en el mundo respecto a la inflación.

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