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La cruda del Brexit

Después de causar una jornada negra en los mercados financieros del mundo durante el viernes, el Brexit sigue dejando más preguntas que respuestas respecto a la magnitud de sus consecuencias en el largo plazo, pero algo queda claro: no serán buenas, ni para el Reino Unido ni para el mundo.

En el corto plazo los efectos de la decisión no afectarán el comercio, ya que el Reino Unido tiene dos años para negociar los términos de su salida de la UE, durante los cuales seguirá siendo miembro del mercado común y de cualquier tratado ratificado por la unión económica.

48%
aumentó la volatilidad financiera durante la jornada del viernes, según el indicador accionario del CBOE
“Muchos nos crucificamos entre dos ladrones: el arrepentimiento por el pasado y el miedo por el futuro”
Charles F. OurslerPeriodista estadounidense del siglo XX
“La huída hacia la seguridad es muy, muy evidente. (...) La única materia prima que no se está comportando de esta manera es el oro”
Jeremy WrathallDirector global de recursos naturales en Investec
“Probablemente veremos crecimiento económico más débil como resultado de esto, y es apropiado que los mercados reaccionen a esto”
Dean MakiEconomista en jefe en Point72 Asset Management
La incertidumbre respecto a los términos de este acuerdo implica una caída en la confianza de las empresas y consumidores del Reino Unido y de la UE
Para las autoridades económicas del mundo, la noticia del Brexit y sus consecuencias en el mediano y largo plazo no puede ser bien recibida
“La población británica decidió tomar un camino diferente. En consecuencia, creo que el país necesita liderazgo fresco para llevarlo en esta dirección” 
David CameronPrimer Ministro del Reino Unido

Después de causar una jornada negra en los mercados financieros del mundo durante el viernes, el Brexit sigue dejando más preguntas que respuestas respecto a la magnitud de sus consecuencias en el largo plazo, pero algo queda claro: no serán buenas, ni para el Reino Unido ni para el mundo.

En el corto plazo los efectos de la decisión no afectarán el comercio, ya que el Reino Unido tiene dos años para negociar los términos de su salida de la UE, durante los cuales seguirá siendo miembro del mercado común y de cualquier tratado ratificado por la unión económica.

Sin embargo, la incertidumbre respecto a los términos de este acuerdo implica una caída en la confianza de las empresas y consumidores del Reino Unido, lo cual probablemente se manifestará en menos inversión y consumo en los próximos meses. Esto además golpea de forma indirecta a la UE, ya que implica menos ingresos para sus principales exportadores por la merma en el consumo británico.

Más allá de este periodo, si el Reino Unido y la UE no logran negociar términos adecuados para mantener intacta su relación comercial, esto presionaría negativamente al comercio y al crecimiento en Europa y en el mundo, justo en un momento en el cual la tendencia en ambos indicadores es de preocupante desaceleración.

Para las autoridades económicas del mundo, que han visto a sus países estancarse en un nivel de crecimiento mediocre en la última década y casi han agotado sus herramientas de intervención, la noticia del Brexit y sus consecuencias en el mediano y largo plazo no puede ser bien recibida.

Turbulencia financiera

Cuando la noche del jueves se anunció que los resultados del referéndum británico respecto a la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) inesperadamente dieron la victoria al Brexit, la reacción en los mercados no se hizo esperar.

Las bolsas alrededor del mundo registraron fuertes caídas, con los mercados europeos sufriendo su peor golpe desde el 2009. El índice accionario global de MSCI registró una caída de 4.8 por ciento al cierre de la jornada, borrando 3 billones de dólares del mercado, mientras que los precios de activos refugio como el oro y los bonos gubernamentales estadounidenses se dispararon.

En el mercado cambiario, el valor de la libra esterlina frente al dólar tocó un nadir no visto desde 1985, y la volatilidad y aversión al riesgo se esparcieron hacia las monedas emergentes como el peso mexicano, que se depreció más de 4 por ciento contra el dólar.

En parte estas reacciones negativas son una corrección de precios en los mercados debido a que el consenso entre los expertos apuntaba a que se votaría a favor de la permanencia en la UE, aún a pesar de que las encuestas no apoyaban una ventaja clara para ninguno de los dos lados del debate.

Pero en parte también son la antesala a un periodo turbulento gobernado por la incertidumbre acerca de cómo se presentarán y qué tan pesadas serán las consecuencias económicas del Brexit.

Emergentes sufren

Aunque el berrinche de los mercados comenzó en una economía desarrollada, son los países emergentes como México quienes sufren de forma más persistente los embates financieros ante los incrementos en la volatilidad.

Esto se debe a que cuando incrementan la volatilidad y la aversión al riesgo en los mercados, los inversionistas castigan a los activos percibidos como riesgosos (como las acciones, bonos y divisas de los países emergentes) a favor de activos percibidos como seguros (bonos del Tesoro estadounidense, oro).

En los próximos meses, esto podría traducirse en menores flujos capitales hacia los mercados emergentes, y en consecuencia presión para las monedas y costos crediticios de estos países.

Si el golpe económico además termina por causar una recesión en Europa, esto podría dar un golpe crucial a los mercados emergentes justo en un momento en el cual muchos están lastimados debido al colapso registrado en los últimos años en los precios de las materias primas que exportan.

De cumplirse, este efecto de contagio mucho más allá de las fronteras británicas o europeas podría ser la causa de dolores de cabeza mucho mayores (y más difíciles de resolver) que los que se enfrentaron la semana pasada.

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