La encrucijada de Walmart
La cadena minorista se enfrenta a la compleja decisión de cumplir con la demanda de un aumento salarial para sus trabajadores en el país, a costa de poner en riesgo su estabilidad financiera lo que resta del año
Viviana BranWalmart de México se encuentra entre la espada y la pared. Los trabajadores de una de las cadenas más grandes de supermercados a nivel nacional e internacional exigen un incremento salarial de 20 por ciento, más un 4 por ciento en bonos de ventas.
A pesar de que la minorista no se ha pronunciado sobre un posible acuerdo laboral, esta situación la pone frente a una encrucijada, pues de no llegar a un entendimiento en los próximos días se corre el riesgo de que su estrategia financiera para el resto del año se vea afectada.
Todo comenzó cuando la Asociación Nacional del Comercio y Oficinas Particulares, el sindicato que respalda a algunos trabajadores de Walmart, demandó que a más de ocho mil empleados se les aumentara el sueldo, los cuales representan 3.4 por ciento de los 200 mil colaboradores que el corporativo tiene en todo México.
Al no obtener respuesta por parte de la cadena, integrantes del Movimiento de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), amenazaron con estallar una huelga si no se atendían sus peticiones. Como fecha límite pusieron el 5 de marzo, misma que cambiaron para el día 20 por la posible apertura al diálogo.
El panorama no es nada sencillo para la empresa internacional, debido a que su presupuesto anual está justificado y destinado para actividades y estrategias específicas.
Para llegar a un acuerdo con los trabajadores, Walmart de México tendría que utilizar cierta cantidad presupuestal para cubrir esas demandas dejando otras necesidades de lado.
Al respecto, Andrés Rodríguez, asesor legal de empresas y derecho laboral en Santamarina y Steta, asegura que, de realizarse dicha huelga, jurídicamente existiría un riesgo considerable para la imagen de la multinacional.
“Esta situación ocasionaría graves complicaciones por la posible redistribución de presupuesto, la falta de personal para atender al público en general, así como la pausa en los planes de negocio que se tienen contemplados”, detalla Rodríguez.
Cambio de preferencias
Una de las mayores afectaciones que sufriría la empresa ante el descontento de sus trabajadores es que millones de mexicanos que acostumbran comprar su despensa en Walmart podrían cambiar de preferencia.
El asesor de Santamarina y Steta advierte que, de cerrarse las 70 tiendas a nivel nacional previstas en la huelga, los consumidores se verían obligados a acudir a otros supermercados, situación que generaría pérdidas importantes para esta cadena incapacitándola para mantener su estabilidad financiera, al menos en lo que resta del año.
Aunque las partes no se han sentado a dialogar, el mercado ya comienza a castigar el valor de las acciones de Walmart, las cuales acumularon una baja de cinco por ciento hasta el cierre de la sesión del viernes.
Andrés Rodríguez destaca la importancia de que el conflicto se resuelva de manera equilibrada y lo más pronto posible para evitar un mayor daño a la gigante minorista que en enero pasado reportó un incremento interanual en sus ventas de 4.4 por ciento.