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La diferencia de tendencias entre la producción y el consumo mexicanos de gas natural ha sido compensado principalmente por una vía: la importación
Los productores de gas natural de Estados Unidos ven a México como la llave para solucionar sus problemas de sobreoferta, los cuales han hundido sus precios en los últimos dos años.
El invierno más tibio en la historia dejó a su paso 2.5 billones de pies cúbicos de gas natural en inventarios en Estados Unidos – un máximo histórico para el periodo post-invernal, el cual sigue a una temporada donde el uso de este combustible se incrementa a su máximo anual.
Esta baja demanda, combinada con la alta oferta resultante de la revolución de los recursos de esquisto (shale, en inglés), ha colapsado los precios del gas.
El Departamento de Energía de Estados Unidos estima que este año el precio promedio del gas natural será de dos dólares por cada millón de unidades térmicas británicas – su punto más bajo desde 1998.
Pero al sur de la frontera, la creciente demanda mexicana de gas natural podría ocuparse del exceso de producción estadounidense, y levantar los precios en el proceso.
México y el gas
Entre el 2009 y el 2015, la producción mexicana de gas natural cayó casi 9 por ciento. La demanda por otro lado, ha crecido a un ritmo anual promedio de 5.6 por ciento, según reporta el Instituto Mexicano para la Competitividad con base en cifras de la Secretaría de Energía (Sener).
Esta diferencia de tendencias entre la producción y el consumo mexicanos de gas natural ha sido compensado por una vía: la importación. La entrada de gas proveniente del extranjero se incrementó casi 216 por ciento en los últimos seis años.
Gran parte de este incremento en la demanda mexicana se debe a la transición en la generación de energía eléctrica, que está pasando de plantas que usan otros combustibles como el carbón y el petróleo a plantas de ciclo combinado que usan gas natural.
Goldman Sachs estima que el 60 por ciento de la generación eléctrica de México depende del gas natural, y el consumo por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) representa casi la mitad de la demanda de este energético.
“Hay mucha demanda dormida”, dijo José Manuel Carrera, director de alianzas y nuevos negocios de Pemex, en entrevista con el diario Financial Times.
Bonanza mexicana
Buscando llenar esta demanda, los productores estadounidenses planean incrementar sus ventas al sur de la frontera en los próximos años. La consultora IHS Energy estima que las exportaciones estadounidenses de gas natural hacia México se incrementarán casi 52 por ciento entre el 2015 y el 2020.
“Es un enorme beneficio económico potencial para los productores estadounidenses ser capaces de transportar gas justo al otro lado de la frontera hacia México”, dijo David Porter, presidente de la Comisión Ferroviaria de Texas, la semana pasada durante el Foro de Infraestructura Energética del Financial Times.
Este mercado potencial en alza también ha cobrado la atención de los inversionistas en infraestructura, quienes buscan aprovechar la mayor demanda para construir gasoductos que transporten las crecientes importaciones estadounidenses hacia México.
El Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) prevé que en los próximos cinco años se agregarán más de 5 mil kilómetros al sistema nacional de gasoductos a través de la construcción de 13 líneas de distribución.
