Venezuela enfrenta una doble crisis: humanitaria y financiera. A pesar de que el país latinoamericano cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, sus habitantes compran comida por cucharadas. Desde 2013, la economía vive sumergida en una crisis que ha llevado a la nación a arrastrar una deuda que, en la actualidad, representa 69.9 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con estimaciones del banco de inversión Torino Capital.
Frente a este sombrío panorama, el presidente Nicolás Maduro lanzó el 20 de febrero en preventa el petro, una moneda virtual que, aseguró, estaría respalda por el petróleo de la nación. Sin embargo, en el Libro Blanco de la criptomoneda la promesa de ese argumento no se cumple.
El 3 de diciembre de 2017, el mandatario venezolano anunció la creación de la criptomoneda con la finalidad de “avanzar en materia de soberanía monetaria, para hacer transacciones financieras y para vencer el bloqueo financiero”.
“Venezuela anuncia la creación de su criptomoneda. El petro se va a llamar (…) esto nos va a permitir avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país”, dijo Maduro durante su programa semanal de televisión, transmitido por el canal estatal VTV.
En el mensaje, el mandatario explicó que la criptomoneda estaría “respaldada en reservas de riqueza venezolana de oro, petróleo, gas y diamante”.
Pero, en el apartado número cuatro del Libro Blanco (disponible en la página oficial de la criptodivisa) se lee: “El petro (PTR) será un criptoactivo soberano respaldado y emitido por la República Bolivariana de Venezuela sobre una plataforma de cadena de bloques.”
Bajo el mismo tenor, en el capítulo cinco se refiere que “el aporte más importante del petro al mercado de los criptoactivos y la nueva economía digital será el respaldo ofrecido por un Estado soberano”.
Al respecto, Guillermo Barba, editor del boletín de inversiones Top Money Report, explica que en términos concretos el petro “no ofrece ningún respaldo excepto el de un gobierno que se convirtió en una dictadura que no respeta la democracia ni los derechos humanos”.
El presidente Nicolás Maduro dijo que se emitirán aproximadamente 100 millones de tokens de petróleo, que se estima valgan alrededor de 6 mil millones de dólares, aunque no se permitirá cambiar por los activos que respaldan a la divisa.
Barba explica que el petro sólo está ligado al precio del barril de la cesta venezolana, pero eso no significa que cuente con el respaldo del hidrocarburo. “Para que los inversionistas pudieran tener la certeza de que un petro equivale a un barril sería necesario garantizar la convertibilidad de esa unidad monetaria en la referencia a una tasa fija”, detalla.
A la par del lanzamiento del petro, el gobierno venezolano anunció también la creación del observatorio del blockchain o cadena de bloques en Venezuela, el cual estará adscrito al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, y que será “la base institucional, política y jurídica para la criptomoneda venezolana”, manifestó el presidente de Venezuela.
“Para el arranque de este observatorio se va a conformar un equipo multidisciplinario de 50 personas (…) se propone la conformación de un equipo de especialistas en las áreas de tecnología, economía y finanzas, legal, área monetaria, mediática entre otras”, agregó.
Asimismo, el jefe del Estado dijo que se escucharán las propuestas de la Asociación Nacional de Criptomonedas que, según declaró uno de sus integrantes, augura la desaparición del dinero fiduciario en el futuro y propone realizar una venta de petróleo a través del petro.
En el limbo de la ilegalidad
Analistas y gobiernos no le auguran éxito al petro, sin mencionar el debate que se ha suscitado por el tema sobre la ilegalidad del mismo. Para Guillermo Barba su futuro está en que se convertirá en “una criptomoneda ordinaria”.
El especialista expone que la iniciativa del presidente venezolano va en contra de la naturaleza de las monedas digitales: “el petro depende de un gobierno y un banco central, algo que no sucede con el bitcoin ni el resto de las criptodivisas”, pues no tiene relación con nadie y tampoco está regulado.
El petro ha sido declarado ilegal por el Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición. José Guerra, diputado opositor de la Asamblea Nacional, asegura que este instrumento se asemeja más a un bono de deuda pública que a una criptomoneda.
La creación del petro es “una operación de deuda que trata de evitar el control parlamentario”, comentó el también economista en una entrevista televisiva local y reconoció que es una inversión “altamente riesgosa”.
“Si el gobierno piensa que utilizando el petro obtendrá financiamiento que no puede tener hoy, se va a equivocar”, añadió.
Especialistas coinciden en que el petro es ilegal ya que, de acuerdo con la Constitución de Venezuela, debe estar respaldada por la Asamblea Nacional.
A esto se suma que el gobierno estadounidense también considera a la criptodivisa fuera de la ley. El Departamento del Tesoro de advirtió a los inversionistas y a sus ciudadanos no invertir en el nuevo activo electrónico ya que podría actuar en contra de las sanciones de la Casa Blanca sobre el gobierno de Maduro.
En caso de hacerlo, los inversionistas serán sancionados.
“La Orden Ejecutiva 13808 prohíbe a los ciudadanos de Estados Unidos financiar o negociar cualquier otra forma de nueva deuda del gobierno de Venezuela con un período de maduración (vencimiento) mayor a 30 días“, establece el Departamento del Tesoro en un documento publicado en su sección de ‘Preguntas frecuentes’ sobre el país latinoamericano.
La agencia calificadora Moody’s también ve escasas probabilidades de éxito en el intento de Venezuela de burlar las sanciones financieras internacionales impuestas a raíz de la creación del petro.
Además, la firma considera que la mala gestión económica, así como las tensiones políticas y la supresión de datos han minado la credibilidad de Venezuela entre los inversionistas extranjeros.
“No creemos que los partipantes del mercado se sientan suficientemente confiados de que el gobierno la gestionase fiel y transparentemente, lo que limitaría su voluntad de comprar o realizar transacciones en petro”, menciona Moody’s en un comunicado.
Para 2018, la agencia prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela sufrirá una contracción del 4 por ciento.
Divisa autoritaria
Venezuela vive sumergida en una crisis de la que no se ha podido recuperar desde hace años. Los ciudadanos hacen frente a una escasez generalizada de alimentos, el colapso de un 99 por ciento del bolívar (la moneda oficial) frente al dólar estadounidense y una hiperinflación que podría llegar a 13 mil por ciento al cierre de este año, según estimaciones el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Asimismo, el 75 por ciento de los venezolanos sufre la pérdida de su poder adquisitivo y se espera que para 2022 el desempleo en el país crezca a 32 por ciento.
Guillemo Barba manifiesta que el presidente Nicolás Maduro lanzó la criptomoneda en un intento “desesperado por obtener recursos en medio de una crisis económica sin precedentes”. Sin embargo, el plus que obtendrá el gobierno con este mecanismo será “asegurar el control de la sociedad”, agrega el editor del boletín de inversiones Top Money Report.
El mandatario venezolano aseguró que en el primer día de la preventa del petro se logró recaudar unos 735 millones de dólares. Barba se muestra escéptico sobre el monto, ya que “no es creíble que haya recolectado tanto” y sugiere que tal vez la cifra “fue inflada para atraer la atención de los inversionistas”.
La preventa finalizará el 19 de marzo próximo.
El Libro Blanco expone que el 55 por ciento de los ingresos recaudados irán a un fondo soberano que el gobierno podrá usar discrecionalmente.
El documento también establece que se aceptará el petro como “forma de pago de impuestos, tasas, contribuciones y servicios públicos nacionales, tomando como referencia el precio del barril de la cesta venezolana del día anterior con un descuento. De esta forma se garantizará que el comprador siempre tenga un valor de recuperación ajustado al de su inversión.”
Tras la llegada de la divisa digital, el presidente Maduro anunció que el país lanzará el petro oro, una criptomoneda respaldada por el metal. Por ahora, los tokens venezolanos que usarán activos físicos como garantía han despertado poco interés entre los inversionistas.
Guillermo Barba es contundente al referirse que aquellos que compren la moneda electrónica contribuirán de manera indirecta en una economía que ha pasado por alto la democracia y la libertad de expresión. “Preferiría invertir en otros activos antes que hacerlo en el petro. Al comprar esta criptomoneda están financiando la farsa de un gobierno corrupto”.
Un negocio millonario
En pleno auge de las criptomonedas el gobierno de Venezuela tomó la decisión arriesgada de lanzar el petro. En la actualidad, la canasta de instrumentos electrónicos está integrada por el bitcoin, ethereum, ripple, stellar, litecoin, cardano, entre otras.
El bitcoin, la criptodivisa más famosa lanzada en 2009, se basa en una tecnología creada por un ingeniero conocido por el pseudónimo Satoshi Nakamoto, cuya identidad real se desconoce. El sistema, global y descentralizado, permite transacciones directas entre usuarios, sin intermediarios, que quedan registradas en una base de datos pública.
Una inversión en bitcoin de mil dólares realizada en 2010 ahora equivaldría a unos 36 millones de dólares.
A pesar de la incertidumbre que ha provocado la criptomoneda, su éxito dependerá de la confianza que depositen los inversionistas en el gobierno venezolano, aunque el petro pasará a la historia por ser la primera divisa digital emitida por un Estado.