Pemex ha entrado en un espiral negativo del cual no parece encontrar salida. Por onceavo trimestre consecutivo, la firma energética estatal de México registra pérdidas.
En el primer semestre del 2015, Pemex reportó una pérdida neta de más de 185 mil millones de pesos, el doble que en el mismo periodo del año pasado. Tan sólo en el segundo trimestre del año, la pérdida fue de 84 mil millones de pesos.
Los problemas que enfrenta Pemex son atribuidos a factores externos: la firma explica que la fortaleza del dólar y la sobreoferta del mercado petrolero son dos puntos clave de la actual coyuntura.
El primer factor incide en un encarecimiento de los costos financieros de Pemex. El 75 por ciento de la deuda financiera de la firma está denominada en dólares. En relación al cierre del primer semestre del 2014, el peso mexicano se ha depreciado casi 20 por ciento frente al dólar.
Por otro lado, la sobreoferta del mercado energético continúa presionando el precio del petróleo a la baja. En la primera mitad del año, la Mezcla Mexicana perdió el 48 por ciento de su valor respecto a la primera mitad de 2014. Algunos analistas esperan que el valor del crudo repunte a 100 dólares por barril hasta el 2020.
La apertura petrolera de Irán y la producción récord de países como Irak y Rusia son factores por los cuáles no hay un consenso respecto al fondo que tocará el precio de los energéticos.
Además, la sobreoferta ha generado una carrera de producción para ganar participación de mercado. Afectado por el precio del petróleo y la tendencia a la baja en la producción, las ventas totales de Pemex en el primer semestre de 2015 cayeron casi 28 por ciento frente al mismo periodo del año pasado. Las ventas de exportación sufrieron una caída de 35 por ciento.
Sin embargo, las condiciones externas del mercado no son el único lastre de Pemex. La empresa aún carga con un pesado pasivo laboral de 1.5 billones de pesos y su presupuesto recibirá los recortes más significativos del plan de austeridad de 259 mil millones de pesos del gobierno federal.
Reforma: ¿la solución?
El fin del monopolio de Pemex en el sector energético mexicano fue el objetivo de la reforma que más eco generó en los medios e inversionistas internacionales. Ahora, Pemex ha sido forzado a competir con las firmas petroleras más grandes y experimentadas a nivel global. Asimismo, la reforma también le permite asociarse con ellas.
A pesar de que Pemex cuenta con ventajas como la selección de los mejores campos petroleros en la Ronda Cero, la competencia representa la prueba de fuego para la firma. Uno de los objetivos de la reforma fue el de modernizar a la empresa mediante su exposición al mercado.
El primer paso para volver a Pemex una firma de clase mundial fue el de cambiar su marco jurídico. La compañía dejó de ser una empresa paraestatal para convertirse en una empresa productiva del Estado. El cambio más significativo resultó en una modificación en la estructura de su consejo de administración. Se introdujeron consejeros profesionales independientes y el sindicato perdió su asiento. No obstante, expertos aseguran que la medida ideal para hacer de Pemex una firma más productiva, transparente y competitiva es el de volverla una empresa pública que cotice tanto en la Bolsa Mexicana de Valores como en el mercado de valores de Nueva York.
Los problemas estructurales de Pemex están lejos de ser resueltos, pero la primera fase de la reforma energética, la Ronda Uno, significa una oportunidad para que la firma mejore sus resultados financieros.
El potencial petrolero de México, el que atrajo la atención de las grandes firmas energéticas globales, se encuentran en las aguas profundas del Golfo de México, campos que serán licitados en la cuarta fase de la Ronda Uno.
Las petroleras de primer nivel de todo el mundo han expresado su interés para asociarse con Pemex y explotar los 30 mil millones de barriles de crudo equivalente que Boston Consulting Group estima existen en estos campos. Ahí yace la esperanza de Pemex.
Y la CFE también pierde
Al igual que Pemex, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó un incremento importante en su pérdidas dentro de su segundo reporte trimestral. De acuerdo con la información publicada ayer, la pérdidas de la empresa aumentaron 138 por ciento en comparación con lo registrado en el mismo periodo del año pasado.
Lo anterior representa una pérdida neta de 19 mil 287 millones de pesos durante el segundo trimestre del 2015. Al comparar las pérdidas acumuladas en los primeros seis meses con las del año pasado, se observa un alza de 156 por ciento al llegar a los 35 mil 592 millones de pesos. En la primera mitad del 2014, las pérdidas de la CFE era de 13 mil 900 millones de pesos.
A pesar de que la empresa no ofreció detalles acerca de qué podría ser la causa del aumento en pérdidas, todo parece indicar que el principal factor ha sido la depreciación del dólar que empezó hace un año.
Al igual que con Pemex, las presiones cambiarias habrían hecho estragos en las finanzas de la empresa en el momento en que sus deudas denominadas en dólares aumentaran.
No obstante, después de descontar los pasivos ocasionados por el tipo de cambio, la CFE continúa presentando pérdidas de operación de 7 mil 703 millones de pesos en el último trimestre. Entre otros rubros, destaca una caída de 11.3 por ciento en las ventas de electricidad de la empresa y una disminución de tan sólo 7.5 por ciento de sus gastos.