Si alguien planea arriesgarse a estafar a sus inversionistas, debe asegurarse de no hacerlo en China, porque allá el castigo es definitivo.
Una corte en Wenzhou sentenció esta semana unos días a muerte a la empresaria Lin Haiyan, de 39 años, por estar manejando un esquema de pirámide para defraudar a sus inversionistas.
La empresaria china empezó a atraer inversionistas en el 2007 con la promesa de poder ofrecerles altos retornos financieros con poco riesgo de impago. Para el 2011 había captado una deuda de alrededor de 69.8 millones de dólares, y las autoridades la arrestaron por fraude. Aún no hay fecha para su ejecución.
China es un país donde la banca informal y los fraudes financieros son notoriamente comunes, especialmente para muchas pequeñas firmas privadas sin acceso a instituciones de financiamiento proveído por el gobierno. Según J.P. Morgan, se estima que la banca informal supera los 5.8 billones de dólares
Mientras que el gobierno chino no aparenta tener una perspectiva regulatoria hacia muchos de los negocios de crédito y banca informal, se han aplicado penas desmedidamente fuertes para aquellos programas que pierdan dinero de inversionistas.
Según The New York Times, cerca de mil 500 personas han sido severamente castigadas por recaudación de fondos de forma ilegal. Entre los castigos severos se incluyen la pena de muerte y cadenas perpetuas en la carcel. Más de 4 mil personas han sido castigadas por crímenes económicos similares.
Se estima que el número de sentencias de pena de muerte en China sean de las más altas del mundo, de alrededor de 4 mil al año. En perspectiva, Estados Unidos ejecuta a alrededor de 50 personas al año, con cuatro veces menos personas.
Sobre los préstamos…
El solicitar una recaudación de fondos de forma ilegal involucra que una firma busque a inversionistas privados al ofrecer una alta tasa de retorno sin aprobación regulatoria para operar.
Aun así, sigue existiendo un cierto grado de ambigüedad sobre la diferencia entre la recaudación de forma ilegal, y los préstamos privados que no necesitan aprobación gubernamental.
Las últimas reformas financieras que han implementado en China desde el 2009 han buscado desregular el flujo de dinero hacia posibles inversionistas, tratando de limitar el riesgo impuesto por la banca informal.
Con todo eso, sigue fluyendo un mercado para el financiamiento privado que no es molestado por el gobierno, mientras que no pierdan dinero.