Warren Buffett, el magnate estadounidense apodado “el oráculo de Omaha”, ha enfatizado por mucho tiempo su deseo de darle a sus inversionistas igualdad de acceso a la información acerca de sus empresas.
Es por esto que su carta anual a sus accionistas usualmente es larga y está redactada pensando en inversionistas menos especializados.
Pero a pesar de las intenciones de Buffett, el hecho es que las operaciones de las subsidiarias de su conglomerado, Berkshire Hathaway, se han vuelto cada vez menos transparentes a través de sus más de 40 años al frente de la compañía.
Berkshire Hathaway, valorada en 280 mil millones de dólares y aún dirigida y presidida por Buffett, se ha diversificado significativamente desde que Buffett entró en ella. De orígenes en la industria textil, la empresa ha pasado a tener operaciones en las industrias de seguros, de ferrocarriles, de medios de información y de productos químicos, entre otras.
Bloomberg reporta que el problema está en que al momento de emitir sus reportes de resultados, Berkshire Hathaway dedica mucha atención a algunas empresas, mientras que casi no se mencionan otras, a pesar de que tienen un impacto económico sustancial.
Los detalles ocultos
La carta anual de Buffett usualmente tiene una extensión de 20 a 25 páginas, mientras que el resto del reporte de Berkshire Hathaway, de alrededor de 70 páginas, contiene datos y discusiones acerca de las operaciones de las subsidiarias de la empresa.
Las unidades más grandes, como la aseguradora Geico, tienen sus propias secciones, mientras que otras como Fruit of the Loom, la empresa textil con más de 26 mil empleados, casi no tienen presencia.
Un ejemplo del efecto que esto tiene es Lubrizol, una empresa proveedora de productos químicos. Aunque Lubrizol solía entregarle reportes financieros detallados y extensos a las autoridades estadounidenses, hoy sus inversionistas no tienen acceso a esta información porque Berkshire Hathaway adquirió la compañía en el 2011 y reporta sus resultados en conjunto con otras empresas de manufactura que posee.
Buffett, a diferencia de otros directivos de grandes empresas, tampoco discute trimestralmente los resultados de Berkshire Hathaway con sus inversionistas, prefiriendo dar información a sus accionistas en sesiones de preguntas durante sus reuniones anuales, estas sesiones no pueden grabarse, y tampoco se publica una minuta.