La otra cara del apagón analógico
La señal tradicional de televisión vio su fin hace casi dos años, pero todavía existen comunidades que no tienen acceso al servicio a pesar de contar con una pantalla digital
Mara EcheverríaEn diversas comunidades del territorio nacional el Gobierno federal entregó pantallas digitales durante 2015. El propósito era reemplazar las viejas televisiones análogas, que desde el último día de 2016 no podrían transmitir ningún canal debido a la transición de señal.
Sin embargo, a casi dos años de la implementación del programa conocido como apagón analógico, habitantes de comunidades de escasos recursos como Chacalapa, en el municipio guerrerense de Ayutla de los Libres, no lograron conectarse y se quedaron con las pantallas como ‘modernos’ adornos en sus casas.
Aleida Calleja, experta en políticas de medios, comenta que este hecho puede ser resultado de una posible falla del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que junto con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), debe verificar que los operadores cumplan con la cobertura.
“La omisión de las autoridades se traduce en discriminación y exclusión. Es un tema técnico que tiene implicaciones en el ejercicio de los derechos informativos de esas comunidades”, opina Calleja.
Un vocero de SCT dijo a Reporte Índigo que el proyecto de transición para la Televisión Digital Terrestre (TDT) preveía que algunas poblaciones no tuvieran señal debido a dificultades orográficas, es decir, complicaciones que se presentan por la presencia de montañas.
Pero, en situaciones como la de Chacalapa, donde los televisores digitales son los que se entregaron como parte del apagón analógico, el IFT debe revisar que, principalmente, Televisa y Televisión Azteca, cumplan con la cobertura, aunque el inconveniente también puede obedecer a que el despliegue de aparatos tuvo fines electorales, de acuerdo con la experta.
Hasta finales de 2017, cerca del siete por ciento de los hogares mexicanos no tenía acceso a este servicio público, según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH).
El adiós a la televisión tradicional
El apagón analógico comenzó en 2015 y ubicó a México como el primer país en América Latina en transitar hacia la señal digital.
Este proyecto promovido por la dependencia federal que lidera Gerardo Ruiz Esparza tenía como meta entregar 10.2 millones de televisores digitales para garantizar el acceso a la nueva señal y hasta finales del año pasado más del 90 por ciento de los hogares en el país tiene acceso a este servicio.
La ENDUTIH, que elaboran el Inegi y el IFT, revela que el 70.5 por ciento de las viviendas dispone de al menos un televisor digital.
En tanto, 13.9 por ciento cuenta con servicios de paga que permiten recibir señales digitales, mientras que sólo 5.9 por ciento utiliza un decodificador.
Para Sandra Rodríguez, socia de la firma Tecno Jurídica en Telecomunicaciones (Jentel), la falta de acceso a la televisión pública es el resultado de la poca planeación para la implementación del apagón analógico.
La abogada agrega que no sólo los habitantes de comunidades de escasos recursos se quedaron sin acceso a la señal de televisión, otros afectados fueron quienes ocupan la televisión como una forma de esparcimiento al interior de la República Mexicana.
“Un error en la omisión fue la falta de un diagnóstico para desarrollar el programa, situación que detonó que mucha gente se quedara sin servicio. Es importante hacer una consulta para proveer a quienes se quedaron sin acceso”.
¿Ejemplo para América Latina?
México fue el primer país en Latinoamérica en apagar la señal analógica de televisión, que operaba desde 1950 y aunque otros países como Brasil, Chile o Argentina avanzan en bajar el ‘switch’, aún no finalizan con la transición.
Aleida Calleja destaca que una de las diferencias en los procesos que realizan otros países de la región es que los gobiernos no entregan televisiones a la población, sino codificadores o vales que les permiten el acceso a los dispositivos.
Además, el modelo que se siguió en México es similar al estadounidense, que privilegia la alta definición, mientras que el resto de América Latina optó por un modelo que permite replicar la señal televisiva en dispositivos móviles, como smartphones o tablets de forma gratuita.
En tanto, Sandra Rodríguez, de Jentel, comenta que, a diferencia de México, otros países de la región realizaron consultas públicas para conocer las necesidades de los habitantes ante el cambio de señal, incluyendo su capacidad para adquirir los codificadores.
“México fue pionero, pero en otros países se realizó un diagnóstico por etapas y con una mayor planeación, lo que permite que el proceso de transición sea más ordenado”.