El relevo institucional en los bancos centrales de Estados Unidos y de México está en marcha y su relevancia radica en que decidirán el futuro de la política monetaria tanto del país vecino, que es la mayor economía del mundo, y de la mexicana, que se juega el rumbo del modelo económico con la sucesión presidencial de 2018.
La semana pasada, Stanley Fischer, el número dos del banco central estadounidense, pidió su renuncia al presidente Trump, comenzando una reconfiguración institucional altamente relevante para los mercados.
La renuncia de Fischer será efectiva a partir del 13 de octubre y dijo que era por motivos personales. Su periodo tenía como fecha límite junio del 2018.
El economista independiente, Jonathan Heath, explicó en entrevista que con la renuncia de Stanley Fischer inició la sucesión de la Fed porque va a dar a Trump la oportunidad de designar hasta tres miembros de la Junta de Gobierno.
“Va a dar la oportunidad a Trump de reconfigurar la Junta de Gobierno de la Reserva Federal”, declaró.
El reto para el próximo presidente de la Fed en 2018 será el mismo que tiene Janet Yellen:Estados Unidos había emprendido una política monetaria exageradamente expansiva por un buen número de años y ahora tiene que tratar de cambiar esa política, hacia una política más o menos neutral.
“Eso implica no solamente aumentar la tasa de política monetaria sino también disminuir los activos de su balance y eso se tiene que tratar de hacer poco a poco para no perturbar los mercados”, dijo Heath.
Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, manifestó que la renuncia de Stanley Fischer a la vicepresidencia de la Fed es relevante para el futuro de la política monetaria de Estados Unidos, pues es un actor importante en las decisiones del Comité Federal de Mercado Abierto (Fomc) y Donald Trump deberá nominar un reemplazo.
“Esto es todavía más relevante si se toma en cuenta que el mandato de Janet Yellen concluye en febrero del próximo año y hasta ahora Donald Trump ha dicho que su nominación está a su consideración, por lo que las figuras que ocuparán la presidencia y vicepresidencia de la Fed durante 2018 están por decidirse”, agregó.
Las vacantes
De acuerdo al diario Financial Times, el presidente Trump podría nombrar hasta cinco nuevos miembros del directorio de bancos centrales de su país para el 2018.
La salida de Fischer dejará vacantes cuatro de los siete escaños de la Junta de Gobierno de la Fed. Trump ha nombrado a Randal Quarles, un alto funcionario del Tesoro bajo el presidente George W. Bush, para ser gobernador y encabezar los esfuerzos reguladores de la Fed. Su nominación está pendiente en el Senado.
“Fischer fue la voz de la experiencia, después de haber sido un banquero central y su posición internacional era impecable”, declaró el economista en jefe de JPMorgan Chase, Michael Feroli, que fue citado por Bloomberg.
Relevo fácil
Jonathan Heath ha dedicado varios análisis a la sucesión del gobernador de Banco de México. Al respecto, manifestó que el único candidato al instituto central que es claro, en caso que no sea designado para contender por la presidencia de la república en 2018, es José Antonio Meade, el secretario de Hacienda.
“Donde empieza a haber un poco de dudas es que si a Meade lo designan como candidato del PRI, entonces ya no queda tan claro a quién pondrían en el Banco de México”, destacó.
En ese sentido, expuso que hay varios candidatos, pero el que más suena, no necesariamente es el mejor, por lo que se habla del subgobernador Alejandro Díaz de León.
“Pero, si no es uno de los subgobernadores, ya no queda tan claro de los demás quién podría ser (el gobernador de Banxico)”, añadió.
El proceso en el Banco de México será relativamente fácil, y el candidato que designe el presidente Enrique Peña Nieto es probable que sea aprobado por el Senado de la República, a menos que sea alguien muy controversial.
“Por lo menos el proceso de designación y ratificación por parte del Senado no creo que haya gran controversia, sin embargo, en un momento dado habrá gente que pudiera no estar de acuerdo”, reveló.
Además, opinó que el reto principal para el próximo gobernador de Banxico es mantener lo que ha ganado el instituto central, en términos de institucionalidad, en cuanto a su mandato, y en tratar de asumir el liderazgo que de alguna forma u otra logró Agustín Carstens.
“El reto del nuevo gobernador sería tratar de replicar y mantener esa imagen”, precisó.
Carstens, quien renunció a su cargo, no quedó a deber en el control de la inflación, porque el alza en precios en el último año no fue resultado de una mala política monetaria o de acciones equivocadas de parte del banco central mexicano. El alza en precios en agosto fue de 6.6 por ciento.
“Más bien veníamos acumulando una depreciación del tipo de cambio en dos años, que presionaba los precios, lo cual se combinó con la mala decisión del gobierno federal, de Hacienda, de aumentar el precio de la gasolina de un golpe”, destacó.
El gasolinazo fue una mala decisión política de hacienda, lo que provocó esa burbuja inflacionaria, que se va a desinflar en la primera parte de 2018.
“Creo que a Carstens hay que juzgarlo por la inflación promedio durante su mandato; no por la inflación en un momento dado”, precisó.
La inflación promedio durante el mandato de Carstens fue mucho más bajo que cualquiera de los dos gobernadores anteriores, declaró.
Relevo en marcha
>> La semana pasada, Stanley Fischer, el número dos del banco central estadounidense pidió su renuncia al presidente Trump
>> La salida de Fischer será efectiva a partir del 13 de octubre
>> El reto principal para el próximo gobernador de Banxico es mantener lo que ha ganado el instituto central, en términos de institucionalidad
>> Agustín Carstens, quien renunció a su cargo, no quedó a deber en el control de la inflación
>> El gasolinazo fue una mala decisión política de Hacienda, lo que provocó esa burbuja inflacionaria
>> La inflación promedio durante el mandato de Carstens fue mucho más baja que cualquiera de los dos gobernadores anteriores