La ronda de la desconfianza
La ausencia de progreso en la negociación del TLCAN preocupa a los inversionistas. El flujo de capitales hacia México registró su menor nivel en más de seis años
Indigo StaffEn público, el gobierno mexicano afirma que el país está preparado para la ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sin embargo, el mercado, el Fondo Monetario Internacional y las agencias calificadoras juzgan lo contrario.
El consenso es que la falta de progreso en la renegociación del acuerdo, que hoy concluye la quinta ronda de conversaciones, representa el principal obstáculo para el crecimiento económico de México y una relevante fuente de incertidumbre para el perfil de riesgo de los activos mexicanos.
La semana pasada, el Instituto de Finanzas Internacionales dio a conocer que el flujo de capitales hacia México en los primeros 10 meses del año registró su menor nivel desde el 2011.
Los inversionistas globales han reducido su exposición a los bonos y acciones mexicanos en un momento en el que los participantes del mercado consideran que las probabilidades de que el TLCAN sea derogado son cada vez más altas.
Greg Valliere, estratega en jefe de Horizon Investments, dijo a la agencia Bloomberg que las posibilidades de supervivencia del TLCAN son menores al 50 por ciento. La percepción de Valliere, cuya firma administra 2.9 mil millones de dólares en activos, hace eco de las expresiones de preocupación pronunciadas la semana pasada por miembros del Partido Republicano en el Congreso.
“Creo que la administración está jugando un juego muy peligroso con la cláusula de renovación automática del acuerdo”, dijo a Reuters Charlie Dent, un congresista republicano por Pennsylvania que está a favor del TLCAN.
La inflexibilidad de Estados Unidos
De acuerdo a reportes de prensa que citan personas con acceso a la quinta ronda de negociación, la cláusula de renovación ha sido uno de muchos factores de confrontación entre la delegación de Estados Unidos y sus contrapartes de México y Canadá.
La sensación de impasse se atribuye en gran medida a que los negociadores mexicanos y canadienses se rehúsan a aceptar las demandas de Estados Unidos en relación al sector automotriz. Ni siquiera se realizaron contraofertas a la propuesta de elevar las reglas de contenido de origen de la industria de 62.5 por ciento a 85 por ciento y de implementar un requerimiento de contenido estadounidense de 50 por ciento.
“En términos del sector automotriz, la propuesta de Estados Unidos es una locura”, según un representante del sector automotor mexicano relacionado con la negociación. “No puedes contraproponer semejante locura”, declaró.
Funcionarios canadienses, que hablaron en condición de anonimato, ventilaron a la agencia Reuters que Estados Unidos ha sido extremadamente inflexible en la negociación.
Los reportes de prensa refieren que México ha mostrado voluntad, elaborando una alternativa de la cláusula de renovación que permitiría evaluar el status del TLCAN cada cinco años, pero sin eliminar automáticamente el acuerdo. Además, la delegación mexicana se ha comprometido a explorar la posibilidad de tratar el tema del déficit comercial en la mesa de conversaciones.
A pesar de ello, los estadounidenses no han respondido. Se decidió que los jefes de la negociación no participarían en esta ronda de conversación con la finalidad de restar presión política a los negociadores y poder enfocar la conversación en aspectos técnicos.
Sin embargo, la ausencia de Robert Lighthizer, Ildefonso Guajardo y Chrystia Freeland no ha tenido réditos sustantivos.
La renegociación del TLCAN ya rebasó la primera mitad, en la que se suponía que se tratarían los temas menos complejos de la relación comercial en América del Norte. En ese sentido, el consenso de analistas coincide en que es poco probable que se cumpla con el objetivo de concluir la negociación en los primeros tres meses del 2018.
Nuevos deseos de Estados Unidos
A tres rondas de terminar los encuentros para modernizar el TLCAN, Estados Unidos actualizó su listado de objetivos de negociación.
De acuerdo a Luz María de la Mora, afiliada en la división de asuntos internacionales del CIDE, esto fue como resultado de una presión fuerte del Congreso estadounidense porque la administración de Trump está obligada a una consulta permanente con el poder legislativo.
“Creo que funciona la presión del empresariado de Estados Unidos que ejercen presión sobre los congresistas”, precisó.
La oficina del representante comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) conservó en su lista de objetivos temas duros como sacar el Capítulo 19, la eliminación de su déficit comercial, y materializó nuevas propuestas como la llamada cláusula de renovación, aunque de manera matizada.
Un funcionario de un país dentro de las conversaciones refirió que Estados Unidos estaba frustrado porque los canadienses no habían respondido a las propuestas del presidente Trump.