La sombra del Fantasma de la Ópera en la crisis
El fantasma de la ópera bajará el telón de manera permanente tras más de 30 años en escena. El cierre del emblemático musical evidencia la devastadora crisis por la que atraviesa la industria teatral en el mundo
Nayeli Meza OrozcoSe acabaron los aplausos. Las luces están apagadas y el telón abajo. Los teatros en todo el mundo permanecen vacíos y el guion de los siguientes actos luce incierto. Es como si se hubiera detenido el tiempo. El último reflector que se fundió fue El fantasma de la ópera, el segundo musical más antiguo de Londres, que tuvo que cerrar de manera permanente en el West End a causa del impacto económico por las restricciones sanitarias.
La producción escrita por Andrew Lloyd Webber es una de las más exitosas en la historia del entretenimiento y su cancelación es un duro golpe para el mundo teatral.
En casi 34 años la obra fue vista por 145 millones de espectadores en 35 países, como México, Estados Unidos, Japón, Tailandia, Rusia, entre otros.
Sus ingresos acumulados superan los 6 mil mdd, monto que la convierte en la segunda más taquillera, solo por debajo de El rey león, que suma 8 mil 251 mdd, según datos disponibles en el sitio especializado BroadwayWorld.
En el escenario y tras bambalinas hay 130 personas que están involucradas en cada actuación, la cual necesita de 230 disfraces y 22 cambios de escena para lograrse.
Horacio Villalobos, actor y productor ejecutivo de la obra teatral Chicos de la Banda, lamenta la salida de escena de la emblemática producción por el valor que tiene para la industria.
“Es una pena que El fantasma de la ópera ya no vaya a estar porque no solo se pierde una excelente obra, también cientos de empleos involucrados en la realización. Los musicales necesitan que los teatros se llenen para sostener su nómina”, agrega.
Los productores analizan cómo regresar al escenario y en la dificultad de acondicionar los espacios para transitar hacia la nueva normalidad que será un reto, ya que la industria no podrá adecuarse por su misma naturaleza.
El impacto de la pandemia es devastador, no sólo para El Fantasma de la Ópera. En Estados Unidos el sector del entretenimiento perderá 12 mil millones de dólares (mdd), mientras que en Reino Unido Oxford Economics estima que 400 mil empleos desaparecerán y 99 mil mdd en ingresos dejarán de recibirse durante este año.
Malabarear en línea
Desde que bajaron el telón los productores idearon nuevas formas de sostener el negocio de alguna manera y seguir trabajando. La solución la encontraron en presentaciones por internet.
En el canal de YouTube de Cirque du Soleil están disponibles algunos de los espectáculos completos y en la plataforma BroadwayHD se pueden disfrutar de producciones teatrales con una suscripción.
La directora escénica Jenna Worsham y la dramaturga Catya McMullen crearon The Homebound Project, una iniciativa de teatro en línea que recauda fondos de obras escritas por dramaturgos y los destina a la campaña No Kid Hungry, que combate el hambre infantil.
Villalobos cree que los espectáculos en línea ayudan a que la industria se mantenga activa durante la pandemia aunque insiste en que la experiencia dista mucho de la tradicional.
“A algunos les ha ido bien a otros más o menos, sin embargo, yo vuelvo a los orígenes del teatro porque tiene que estar vivo de lo contrario se pierde un 85 por ciento de la experiencia”, dice el también abogado de la UNAM.
A media luz
En México la gente no va al teatro. Al menos eso revelan las cifras del Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (Modecult) del Inegi.
Hasta mayo del año pasado (último dato disponible), el 21.4 por ciento de las personas en el país acudió a una obra de teatro, frente al 88.3 por ciento de quienes fueron al cine.
Un menor consumo de producciones ocasionará que la recuperación del negocio sea mucho más lenta. La Red de Espacios Culturales Independientes Organizados (Recio) calcula que El Gran Confinamiento ocasionará un quebranto de 10 millones de pesos a los teatros ubicados en la Ciudad de México.
El dramaturgo Horacio Villalobos opina que, aun cuando existe una extensa variedad de espacios de entretenimiento en el país, la industria es bastante débil porque no existe una verdadera unión y tampoco es considerada como una necesidad.
Hacia adelante, Horacio Villalobos reconoce que el camino es sombrío, pero deposita su fe en que pronto se descubra una vacuna para que la industria cambie de página y las luces se vuelvan a encender.