La trampa del plástico
Por primera vez, el Banco de México evalúo las condiciones de competencia en el mercado de tarjetas de crédito, un paso positivo para cualquier acción regulatoria próxima.
Se trata de un reporte, en una serie de estudios dedicados a evaluar la competencia en el sistema financiero y que hace uso de una metodología desarrollada por el Banco específicamente para el propósito de la investigación.
Eduardo Floreshttp://www.youtube.com/watch?v=nr9yeIlHNxs
Por primera vez, el Banco de México evalúo las condiciones de competencia en el mercado de tarjetas de crédito, un paso positivo para cualquier acción regulatoria próxima.
Se trata de un reporte, en una serie de estudios dedicados a evaluar la competencia en el sistema financiero y que hace uso de una metodología desarrollada por el Banco específicamente para el propósito de la investigación.
En el futuro, el banco piensa usar la misma metodología para estudiar las condiciones de los mercados de créditos de nomina, personales, automotrices, hipotecarios y para pymes.
La buena noticia dentro del informe es que la tasa activa, una medida ponderada del costo promedio de las tasas de tarjetas de crédito que el banco estimó, ha estado cayendo de manera sostenida durante los últimos años.
La principal razón de ello es la creciente competencia en ofertas a meses sin intereses y otras afines, en donde los bancos parecen estar compitiendo vigorosamente.
También se encuentra que las barreras a la entrada, es decir a emitir una tarjeta de crédito, no son imposibles de superar. Es decir, hay espacio para que un nuevo competidor entra al mercado.
La reducción de las barreras a la entrada ha permitido que las instituciones bancarias pasen de 35 a 45 entre el 2000 y 2012. Aun y cuando la cantidad de bancos no garantiza que habrá mayor competencia, es un condición que ayuda.
Por otro lado, el estudio encuentra que el margen de ganancias para los bancos sigue siendo importante, aunque argumenta que en niveles parecidos a otros países.
De acuerdo con cálculos del instituto, 44 por ciento de la tasa activa se compone del riesgo crediticio y otro 38 por ciento de la ganancia económica y gastos administrativos del banco. Es decir, solamente 44 pesos de cada 100 que se generan por la diferencia en tasas se deben al riesgo del cliente.
Los indicadores de rentabilidad de los emisores de las tarjetas se encuentran en niveles estables.
Clientela pasiva
Si bien las barreras naturales a la entrada, como la enorme escala que se necesita para operar tarjetas de crédito, no son infranqueables, existen otras condiciones del mercado que impiden la competencia, de acuerdo con el informa del Banco de México.
Una de ellas es la baja movilidad de clientes entre tarjetas de crédito.
El Banco calcula un indicador de rivalidad, que mide la fracción del mercado que pasa de un intermediario a otro, es decir, personas que se cambian de bancos. En promedio, el porcentaje fue de 3.2 por ciento y muestra una tendencia a la baja, lo que puede implicar un deterioro en la intensidad de competencia.
El instituto sugiere que la movilidad de los usuarios es el elemento más importante para volver más competitivo al mercado.
Para que la mayor movilidad ocurra, Banxico argumenta que se debe promover mejor educación financiera sobre las tarjetas de crédito, mayor información para el consumidor y menos barreras legales y administrativas para cambiarse de un banco a otro.
El reporte asegura que, “la movilidad es limitada, entre otras razones, porque antes de cambiarse de banco el cliente tiene que liquidar su deuda con la institución original”.
Un porcentaje importante de clientes no tiene suficientes recursos disponibles para pagar en una sola exhibición toda su deuda, por lo que se vuelve difícil cambiarse de banco cuando otro ofrece mejores tasas o servicios.
En otros países existe el llamado servicio de portación, que es un mecanismo que ha promovido la movilidad de tarjetahabientes, según el reporte. Este servicio permite que los usuarios transfieran su saldo de una tarjeta hacia otra aun y cuando se trate de diferentes emisores.
La que recibe la deuda nueva paga la anterior en su totalidad y ofrece una tasa menor con tal de quedarse con el cliente.
Es un mecanismo que generalmente le conviene a ambos, pues para el cliente significa pagar menos y para el banco, un nuevo cliente.
En México, solamente cinco bancos ofrecen el servicio y aquellos que lo hacen generalmente imponen un límite inferior al monto de transferente, lo que refleja, según el Banco, “una actitud poco competitiva de los emisores”.
Por otro lado, el Banxico amplia su recomendación a mejorar el marco jurídico existente, pues “existe amplia evidencia” de que ello genera tasas y costos más bajos.
Condiciones difíciles
De acuerdo con el documento del instituto central, las tasa promedio de tarjetas de crédito rondan el 30 por ciento anual, que aun y cuando han estado a la baja, son altas en relación a otros instrumentos financieros.
Ante esto, los expertos de finanzas personales opinan que si usted no se considera un cliente totalero, es decir, que paga toda la deuda en un mes, o que no espera un incremento sustancial de sueldo en el futuro inmediato, debe usar con prudencia las tarjetas de crédito.
El reporte concluye que sería deseable una mayor competencia en el mercado de tarjetas de crédito que se viera reflejado en las tasas y no solamente en promociones, algo que muchos mexicanos anhelan desde hace años.
Competencia en buen nivel
¿Dónde está México con respecto al mundo?
Medir la competencia es un trabajo difícil. El indicador más recurrente para ello, pero no el único, es el Índice Herfindahl-Hirschman, que tiene un valor de cero a diez mil.
Un mercado monopólico genera un índice de 10 mil, mientras que uno con muchos competidores tendría un valor cercano a cero.
El nivel aceptado generalmente es por debajo de las 2 mil unidades para la mayoría de las industrias. En el cálculo del índice para México, el Banco de México encuentra que el índice es menor a 2 mil desde el año 2000 y superado por algunos países como Perú, Finlandia y Canadá.
Otro indicador es el CR3, que mide el poder de mercado de los tres principales competidores. En este indicador, en el caso de las tarjetas de crédito, México tampoco se encuentra en niveles exagerados.
La Unión Europea reporta un promedio de entre 50 y 60 por ciento, dependiendo del año, muy parecido a México.
Es decir, la competencia podría ser mayor, pero tampoco es el mercado menos competido del país o el mundo.