Larry 
Ellison, ‘semidios’ de Oracle

Lawrence Joseph Ellison, mejor conocido como Larry Ellison, es un magnate de los negocios con una fortuna acumulada que ronda los 43 mil millones de doláres, lo que lo convierte en la sexta persona más rica del mundo.

Enamorado de los yates
● Su hobby favorito son los yates, los cuales colecciona y usa para participar en competencias. Su equipo, BMW Oracle Racing, ha ganado varios torneos en todo el mundo. Uno de sus yates más lujosos, del cual se deshizo en el 2010, fue el Rising Sun, que se encuentra en el top 10 de los yates más grandes del mundo y que se calcula que su construcción costó 200 millones de dólares.

Expansión cibernética
● Larry Ellison nació en Nueva York, donde fue dado en adopción a sus tíos a los nueve meses de edad. Creció en un barrio pobre de Chicago y en 1970 fundó, con tan sólo 2 mil dólares, la empresa de software Oracle, cuyo valor actual supera los 170 mil millones. Gran parte de su fortuna se debe a la inversión oportuna que en 1996 realizó a la plataforma de Internet apostando todo a que sería el futuro de la teconología y los negocios.

Obsesionado 
con Microsoft
● Ellison es también conocido por ser un enemigo férreo de Microsoft, llegando a declarar que el odio a las PCs es su motor. Su espíritu competitivo trasciende a la empresa rival al compararse constantemente con Bill Gates, como cuando intentó comprar su propio jet privado Ruso MiG con un valor de 20 millones de dólares solamente porque su archienemigo se había comprado uno igual.

Gigante inmobiliario
● El año pasado compró la isla de Lanai, una de las más grandes de Hawai. La adquisición tuvo un costo aproximado de 500 millones de dólares e incluye varios hoteles y desarrollos inmobiliarios. A esto se le debe sumar más de 12 propiedades que adquirió en Malibu, California, con un costo de 180 millones, registrándose como una de las transacciones residenciales más caras en la historia de los Estados Unidos.

Soberbia de billonario
● Al final, el rasgo más excéntrico de este personaje recae en su actitud de sentirse con el poder de conseguir lo que quiera con dinero. Cuando ha llegado a describirse, Ellison afirma que no es rico, ya que esa palabra es muy pequeña en comparación con la grandeza de su fortuna. En palabras de uno de sus biógrafos: “la diferencia entre Dios y Larry Ellison es que Dios no se cree Larry Ellison”.