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Las minas de Bitcoin

La popularidad de los bitcoins ha llegado a nuevos niveles. Cada vez más negocios aceptan esta moneda electrónica, el tipo de cambio entre dólares y bitcoins se encuentra a la alza y hasta existen cajeros automáticos especializados para estas transacciones.

Los bitcoins han generado dudas en varias personas acerca de cómo puede funcionar una moneda sin la supervisión de un banco central y la manera en que son creadas.

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Millones de bitcoins es la cantidad máxima que puede llegar a existir de la moneda digital en el mundo
Hace unas semanas, el aglomerado GHash.io llegó a controlar alrededor el 42 por ciento del procesamiento de mineros en todo el mundo
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La popularidad de los bitcoins ha llegado a nuevos niveles. Cada vez más negocios aceptan esta moneda electrónica, el tipo de cambio entre dólares y bitcoins se encuentra a la alza y hasta existen cajeros automáticos especializados para estas transacciones.

Los bitcoins han generado dudas en varias personas acerca de cómo puede funcionar una moneda sin la supervisión de un banco central y la manera en que son creadas.

Al igual que la fiebre del oro en California, cientos de personas se han dado a la tarea de generar bitcoins mediante un proceso de excavación en minas electrónicas. Al trabajo de estos cibernautas se le conoce como mining (minería en inglés) porque cosechan un recurso finito en pequeñas cantidades a través del tiempo, de manera similar que cualquier otro bien que se extrae. 

El proceso de excavación que hacen los mineros es parecido con el de mantener un libro de contabilidad con todas las transacciones que se hacen con bitcoins en el mundo. Para esto, cada compra hecha con bitcoins debe ser validada por los mineros que aseguran que el que está pagando de verdad tiene ese dinero. 

Si los número concuerdan, se registra la operación en el libro y se protege con diferentes capas de códigos difíciles de hackear.

Por hacer este trabajo de validación los mineros son recompensados con bitcoins. Sin embargo, la excavación de bitcoins se asemeja a una gran competencia donde sólo gana el primero que es capaz de validar un nuevo lote de transacciones. 

La paga se complica si se toma en cuenta que cualquier persona con una computadora y acceso a Internet puede convertirse en un minero de bitcoins. Al final suele ganar aquel que tiene equipo tecnológico más sofisticado, por lo que existen diferentes grupos que han empezado a sumar esfuerzos para tener mayores posibilidades de éxito.

El trabajo de los mineros es complicado, requiere su tiempo y es necesario resolver un complicado problema criptográfico que implica adivinar y comprobar miles de millones de veces una respuesta. 

El trabajo de aquellos que no ganaron la carrera y no recibieron su recompensa en bitcoins termina llendo a la basura, pero es necesario que cientos de personas continúen haciéndolo al mismo tiempo para darle seguridad al sistema.

Si todo el proceso recayera en una sola persona, sería un blanco fácil para un hacker con malas intenciones. Sin embargo, cuando los bitcoins dependen del público en general se convierte en casi imposible este tipo de ataques.

El número total de bitcoins está limitado a 21 millones, por lo que se tiene previsto que para el año 2140 ya no se puedan extraer monedas adicionales. Las restricción de cantidad y tiempo que tienen los mineros es un instrumento más que permite controlar el valor de los bitcoins, si de repente un hacker muy hábil puede crear un millón de bitcoins en un día, el valor del resto caería súbitamente.

Evitando fraudes

Al igual que en cualquier tienda existe el peligro de que el dinero sea falsificado, debe existir una manera de garantizar su veracidad. Por ejemplo, el Banco de México es la autoridad responsable de emitir los billetes de tal manera que sean muy difíciles de falsificar. 

El problema es que contar con una autoridad central que controle los bitcoins va en contra de la esencia misma de la moneda digital que presume su flexibilidad. 

Por eso la labor de los mineros es tan importante para mantener actualizado el libro de transacciones que validan los bitcoins pagados.

Mantener un libro de contabilidad para los bitcoins puede parecer un ataque en contra de las personas que quieren quedarse en el anonimato y, de nuevo, ir en contra de su esencia.

La solución a este dilema es hacer que el gran libro de transacciones registre únicamente el intercambio de bitcoins, sin importar las personas.

En otras palabras, el registro de una compra en bitcoins detalla que cierta dirección transfirió cierto bitcoin a otra dirección. Las personas pueden crear una dirección distinta para cada una de sus compras y evitar ser rastreados por alguien más. 

Por su parte, si una persona intentara falsificar una transacción en el libro, se vería obligado a competir contra todos los mineros que existen al mismo tiempo. 

Tendría que reunir la capacidad tecnológica que poseen todas las personas involucradas con bitcoins para que su engaño no sea obvio y fácilmente descartable.

Punto débil

A pesar de que su complejo mecanismo de operación parece invulnerable a manipulaciones externas, un grupo de mineros ha expuesto un punto débil de la moneda electrónica. 

GHash.io es un aglomerado de mineros que han sumado sus capacidades tecnológicas para recolectar bitcoins. En principio esto no es muy diferente a lo que otras personas hacen para mantener una ventaja competitiva en la carrera minera. La diferencia es que GHash.io ha demostrado ser el grupo más poderoso de mineros en el mundo.

Hace unas semanas llegó a controlar alrededor el 42 por ciento del procesamiento de mineros en todo el mundo. Es la primera vez que un grupo se acerca tanto a tener el poder del 50 por ciento e invalidar el precio de los bitcoins.

Si alguien es capaz de controlar la mayoría de las validaciones que hacen los mineros, el contrapeso que realiza el resto de las personas es prácticamente nulo. Las transacciones pierden su sello de garantía y la moneda se devalúa.

Los efectos de lo anterior serían similares a la posibilidad de que un día cientos de personas pudieran imprimir pesos en su casa y no existiera la manera de saber cuál es el dinero auténtico. Ninguna moneda, ni siquiera los bitocoins, son capaces de sobrevivir sin algún tipo de regulación.

Este talón de Aquiles podría significar la muerte del bitcoin, por lo que sus creadores se han dado a la tarea de prevenir este tipo de situaciones.

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