El mandato es diversificar

México está poniendo fin a la complacencia que impuso el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al modelo de crecimiento económico del país.

El nuevo mandato de las autoridades económicas del país es el de reducir la dependencia económica de Estados Unidos, destino del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas.

Ante la disrupción que ha propiciado el discurso de la administración de Donald Trump en materia comercial, la diversificación se ha convertido en una prioridad natural para el gobierno de México.

Una delegación de la Secretaría de Economía fue enviada a Bruselas para dar curso a la tercera ronda de negociaciones de la renovación del tratado de libre comercio de México con la Unión Europea, firmado en el año 2000.

Juan Carlos Baker, subsecretario de Economía, dijo a la agencia Reuters que ambas partes esperan sellar el proceso de negociación a finales del 2017. Para ello, los negociadores mexicanos y europeos planean reunirse cada cinco o seis semanas.

En mayo, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, sostendrá un encuentro con Cecilia Malmstrom, comisionada de Comercio de la Unión Europea.

Pese a que el bloque de 28 naciones europeas es el tercer mayor socio comercial de México, el volumen del comercio bilateral en 2015 fue de apenas 57.23 mil millones de dólares, poco más de una décima parte del volumen comercial anual que mantienen México y Estados Unidos.

No obstante, tanto la Unión Europea como México han expresado abiertamente su intención de enviar un mensaje a la comunidad internacional de que la apertura comercial representa el modelo a seguir.

El referéndum en el que Reino Unido optó por salir de la Unión Europea puso de relieve el auge de un nuevo movimiento que ha tomado la bandera del proteccionismo como discurso central.

El desarrollo de la campaña de Donald Trump, que estuvo cargada de una fuerte retórica proteccionista, confirmó esta sospecha.

En consecuencia, tanto México como la Unión Europea han buscado expandir sus horizontes comerciales. Ante el congelamiento de las negociaciones de un tratado comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, éstos últimos se han acercado a Japón, a los miembros del Mercosur y a México.

Asimismo, México atendió un evento en Chile de la Alianza del Pacífico al que acudieron, con excepción de Estados Unidos, todos los miembros del fallido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), así como China y Corea del Sur.

La Secretaría de Economía ha expresado su intención de iniciar negociaciones bilaterales con los países asiáticos que participaron en las pláticas del TPP.

¿Hay vida más allá del TLCAN?

Sin embargo, los esfuerzos de diversificación de las autoridades económicas de México son, en gran medida, insuficientes para revertir la influencia de Estados Unidos sobre el modelo de crecimiento económico del país.

En las últimas dos décadas, los esfuerzos de política económica se han direccionado a convertir al país en una plataforma competitiva de producción de manufacturas para su exportación a Estados Unidos.

Bajo cualquier ángulo, Estados Unidos es el socio comercial más importante para México. Pero, a meses de que inicie la renegociación del TLCAN, el gobierno mexicano está enviando el mensaje de que el país está listo para retirarse de la mesa de negociación si resulta necesario.

Juan Carlos Baker lo dejó claro al decir que la negociación con la Unión Europea es, en sus palabras, primordial: “Ahora no existe ningún otro tema, ninguna otra negociación en la agenda comercial de México más que ésta”.