A menos de seis meses de su expropiación por parte del gobierno argentino, la petrolera YPF se dispone a emitir deuda local de corto plazo valuada en 600 millones de dólares.
La estrategia de emisión de deuda está enfocada en conseguir financiamiento para sus planes de inversión postulados en aumentar la producción de barriles del crudo, que ha venido disminuyendo en la última década.
YPF era previamente controlada por la compañía española Repsol y expropiada en abril.
Lo particular de estos bonos es que están denominados en pesos argentinos, pero están directamente ligados al dólar estadounidense.
Tal medida se debe a las estrictas restricciones monetarias que se han entablado como medidas de control al tipo de cambio en el último año.
La tasa de cambio oficial se ha mantenido en 4.7 pesos argentinos por dólar, aunque en el mercado negro se cotiza por encima de los 6.30 pesos argentinos por dólar.
Tendencia negativa
Esta acción va de la mano con una de las razones por las cuales la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner auspició el movimiento de expropiación.
A su parecer, la subinversión y dividendos excesivos por parte de los antiguos dueños de YPF terminaba por crear una producción menor a la potencial.
Acusando a la empresa española Repsol de no hacer lo suficiente para detener la tendencia negativa de su producción de barriles de crudo y gas natural, se tomó la decisión el expropiar 51 por ciento de YPF para el Estado argentino.
De tal modo, la petrolera ahora expropiada anunció el interés de conseguir 7 mil millones de dólares anuales por los siguientes cinco años para eliminar la tendencia negativa de la producción de la empresa.
Después de alcanzar un máximo de 182 millones de barriles en 1998, YPF fue disminuyendo al producir 127 millones de barriles en 2007, 111 millones en 2010 y solo 100 millones de barriles en 2011.
De igual forma, la producción de gas natural también se ha reducido más de un 32 por ciento en los últimos cinco años.
Casualmente, aunque la expropiación de YPF afectó directamente a la empresa española Repsol, son los bancos españoles Santander y BBVA los que dirigirán la colocación de bonos acompañados de varios bancos locales.