Los despachos de cobranza, a menudo firmas de abogados, han estado abusando de una falta de legislación apropiada
Suena el teléfono, son las tres de la mañana, contestas y escuchas amenazas de una persona que no conoces. Intentas explicar que se ha equivocado de número, pero de nada sirve.
El acoso se prolonga. El teléfono suena día y noche, siempre la misma persona. Ahora intimida a tus familiares y amigos, pero no tienes manera de saber quién te molesta y denunciarlo.
No se trata de una extorsión del crimen organizado, es un despacho de cobranza que intenta recuperar el dinero de un adeudo que no es tuyo.
Este tipo de negocios, a menudo firmas de abogados, abusan de una falta de legislación apropiada, así que hacen lo que quieran con el fin de cobrar una deuda.
En ocasiones, estos abusos se realizan incluso con personas que son ajenas a la deuda porque existe un error en la base de datos.
Como fruto de la reforma financiera del año pasado, por primera vez se otorgan armas suficientes a un órgano de gobierno para que vigile a estos despachos.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) realizó la semana pasada un proyecto para regular a los despachos de cobranza.
Si el documento es aprobado por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), los despachos de cobranza tendrán que contar con un registro oficial y rendir cuentas de posibles abusos, lo que antes no hacían.
Tráfico de deudas
La regla general permite que las instituciones financieras transfieran sus carteras pendientes de pago a cualquier persona sin autorización previa del deudor. El proceso es el siguiente:
1. El deudor y la institución financiera o banco celebran un contrato de préstamo en el que el individuo se compromete a devolver el dinero en un determinado plazo con una tasa de interés.
2. La persona no cumple con el contrato y deja de pagar la deuda, por lo que el banco demanda su cumplimiento de manera judicial.
3. Cuando la acción legal fracasa, a menudo los bancos prefieren dar por perdido el dinero y vender la deuda a un despachode cobradores a cambio de un menor precio.
4. Los despacho recuperan su dinero cobrando las deudas que consiguen a bajo costo, pero a menudo sus métodos cruzan la línea de lo legal.
5. Algunos criminales aprovechan a veces la transferencia, roban los datos del deudor y se hacen pasar por los cobradores oficiales. Sin embargo, el dinero que reciben estas personas no salda el préstamo.
Un freno al cobrador
Estos son las principales prácticas ilegales de los despachos de cobranza que se intentan combatir con las nuevas disposiciones de la Condusef. No permitas estos abusos:
Acoso de llamadas
Llamar de manera repetida a altas horas de la noche, fuera del horario de oficina, con el propósito de despertar a las personas y crear una molestia adicional.
Insultos y amenazas
Además de palabras altisonantes, algunos cobradores intimidan a los deudores con amenazas físicas o jurídicas, que en realidad no pueden realizar por ser ilegales.
Involucrar a familiares y amigos
Cuando el hostigamiento sobre el deudor no tiene el efecto deseado, se recurre a molestar a sus allegados para aumentar la presión.
Actuar como autoridad
Algunos despachos utilizan nombres que se asemejan a instituciones públicas para causar temor en los deudores, al hacerlos pensar que los busca la justicia.
Esconder su identidad
Los acosados no saben quién les quiere cobrar la deuda, ya que quienes compraron su cartera vencida se niegan a identificarse y utilizan números de teléfono privados.
Ventanear la deuda
Fuera de los registros oficiales, como el buró de crédito, es ilegal crear cualquier tipo de lista o anuncio que haga pública la deuda.
Cobrar la deuda
La mayoría de los despachos son sólo intermediarios y cualquier pago que reciben no salda el préstamo.
Marcador automático
En lugar de contratar personas que realicen llamadas todo el día y noche, se graba un mensaje y una máquina se encarga de contactar a la base de datos del despacho.
Demandar a menores
En lugar de tratar con el deudor, algunos despachos buscan hablar con los menores de edad o adultos mayores, que a menudo no pueden defenderse adecuadamente.
¡Esa deuda no es mía!
Durante años, los consumidores han denunciado los abusos de los cobradores sin que exista una respuesta por parte de la autoridad.
De acuerdo con la Condusef, entre enero del 2007 y mayo del 2014 se registraron 188 mil quejas en materia de gestión de cobranza indebida.
No obstante, antes de la reforma financiera que entra en vigor este año, ningún organismo de gobierno tenía la facultad de regular este sector en favor de los usuarios.
Alrededor del 65.1 por ciento de los reclamos interpuestos ante la Condusef se deben a que las personas molestadas no son las que tienen el crédito pendiente de pago.
En la mayoría de las ocasiones, ni siquiera conocen a la persona que busca el despacho. Estos individuos ajenos a la deuda sufren el mismo acoso que los morosos.
La siguiente queja con más menciones es la de amenazas e insultos que realizan los cobradores. El 18.5 por ciento de los reportes afirman haber sufrido un tipo de esta violencia.
En tercer lugar, el 14.1 por ciento menciona que, a pesar de haber liquidado la deuda, los despachos de cobranza siguen llamando de forma reiterada.
Quejas organizadas
Otro de los factores que contribuyen a que los despachos hagan lo que quieran con impunidad es la manera en que están escondidos.
Los cobradores se niegan a identificarse, por lo que las personas acosadas no saben a quién dirigirse.
Por lo general, los empleados del despacho dejan un número telefónico para llamar y saldar la deuda, pero no otorgan ni su nombre ni el de la empresa.
Una de las nuevas propuestas de la Condusef es la creación de un Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), que administrará la comisión nacional.
Las instituciones financieras que realicen labores de cobranza a través de terceros, deberán registrarlos en este Redeco.
La información general de los cobradores, como su nombre, RFC, domicilio y teléfono debe ser parte de la base de datos de la Condusef.
Además, los bancos también tendrán la responsabilidad de recibir y darle seguimiento a las quejas que se genere por el actuar de sus cobradores.
La Condusef aclara
El organismo gubernamental sintetiza las conductas que pueden o no hacer los cobradores:
Deben
> Identificarse con todos sus datos
> Explicar la situación, saldo y negociar el adeudo
> Otorgar un convenio firmado antes de que realices un pago por un acuerdo
> Recibir quejas y comentarios para hacerlos llegar al responsable de la institución financiera
No deben
> Hablar con lenguaje obsceno, acosar o amenazar
> Simular que son una autoridad judicial
> Pegar cartelones u otro medio impreso en tu domicilio
> Incrementar la deuda de manera irregular o hacer ofrecimientos sin autorización de la institución financiera
