El Buen Fin llegó a su fin. El éxito fue total pues la afluencia de compradores se incrementó entre 20 y 30 por ciento durante esta edición.
Para las tiendas no todo fue miel sobre hojuelas pues varias de ellas ofrecieron grandes descuentos pero no planeados sino por errores en el etiquetado de sus precios.
Uno de los casos más emblemáticos, en el que hasta la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tuvo que entrar al quite, fue el de una tienda de Durango que vendió pantallas en 3.30 pesos.
En dicho establecimiento, en lugar de etiquetar las pantallas con el precio de 3 mil 300 pesos se hizo con 3.30 pesos, por lo que decenas de usuarios adquirieron el producto casi regalado.
En la Ciudad de México, en el Walmart Cuitláhuac, se dio otro caso en donde debido a una falla de etiquetado, siete pantallas se tuvieron que vender en 2 mil 400 pesos en lugar de su precio original que era de 24 mil pesos.
En Pachuca, una tienda Walmart tuvo que vender ocho pantallas de 55 pulgadas LG UHD Smart TV en mil 500 pesos, cuando su precio original era de 13 mil 999 pesos.
A pesar de que Walmart no participa en el Buen Fin, sino en su propia promoción llamada El Fin Irresistible, la Profeco pidió respetar el precio erróneo de la compañía.
Lo anterior se dio una sucursal en Pachuca, donde Walmart envió un correo electrónico en el que vendía sus pantallas de 55 pulgadas a mil 581 pesos a pesar de que costaban más de nueve mil.
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