Tras arduos trabajos de negociación, por fin se dieron los permisos necesarios para que Pemex Internacional pueda construir dos buques hoteles, llamados floteles en España.
El contrato para armar las embarcaciones con sistemas de navegación y diseño especial para alojar al personal de las plataformas petroleras, fue obtenida por dos astilleros gallegos: Hijos de J. Barrera y Navantia, quienes compitieron entre más de 20 constructoras de buques para la licitación.
El titular español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, confirmó que la aprobación de los permisos de construcción por parte de Pemex se había efectuado, y que, tras la construcción del primer par de buques, se espera una orden para fabricar más de 25 floteles.
García-Margallo notó que tal negocio habría sido grandiosamente fortuito, tanto para el sector astillero de España, como para la paraestatal mexicana.
Previo al inicio formal de la presidencia de Enrique Peña Nieto, ya se había pronosticado el apoyo a los planes de construcción de estos dos buques, valuados en alrededor de 300 millones de dólares.
Desde su gira por Europa a mediados de octubre del año pasado, Peña Nieto resaltó como los floteles vendrían a fortalecer la competitividad de la industria petrolera mexicana. Parte de los beneficios de los floteles son que reducen notoriamente los costos de logística en el movimiento de los empleados y mantienen la seguridad del personal.
En noviembre, el director de Pemex en su momento, Juan José Suárez Coppel, buscó abogar por la construcción de los floteles en Galicia, argumentando que no se podrían producir en México.
La Xunta de Galicia, administración de la Comunidad Autónoma de Galicia, había buscado agilizar los trámites de financiación y avales prerequeridos, lo que había demorado el arranque de la obra.
Como la licitación se dio durante el sexenio pasado, el nuevo consejo de administración de Pemex tuvo que aprobar el concurso público, lo cual retrasó el proyecto.