Es comúnmente referido que Venezuela se encuentra al borde del colapso.
La crisis económica y la crisis humanitaria se han asentado como una estampa permanente en la narrativa del “socialismo del siglo XXI”.
A pesar de que es difícil imaginar cómo puede empeorar el escenario actual de recesión, hiperinflación, escasez e inestabilidad política; el espiral negativo de Venezuela sigue su curso.
En lo que va de noviembre, el bolívar ha perdido el 45 por ciento de su valor frente al dólar en el mercado negro, la mayor baja mensual desde que se tiene re gistro. Según el sitio dolartoday. com , la herramienta más utilizada para dar seguimiento al tipo de cambio en Venezuela, un dólar se vende a 2,753 bolívares.
Desde hace más de una década, el país mantiene un estricto control de capitales que establece dos paridades fijas para el tipo de cambio bolívar-dólar.
Sin embargo, ante la escasez de dólares derivada de la debacle del mercado petrolero que inició en el 2014, el exceso de demanda de la divisa estadounidense ha generado un mercado cambiario paralelo que vuelve obsoletos los meca nismos oficiales de control de capitales.
Bajo estándares oficiales, un dólar podría ser cambiado por 10 bolívares en un mecanismo y por 661 bolívares en otro.
En teoría, la segunda estructura fue diseñada para solventar las necesidades de productos de importación de emergencia.
No obstante, la divergencia entre el valor del dólar en el mercado negro y el valor del dólar en el mercado oficial ponen de manifiesto que dichos mecanismos están completamente rebasados.
Dado que Venezuela recibe alrededor del 96 por ciento de sus divisas de la venta de petróleo, el desabasto de productos de importación se ha vuelto generalizado.
Durante cuatro años, el precio del petróleo cotizó alrede dor de los 100 dólares por barril.
Este año, el valor del crudo se ha encontrado en el rango de los 20 a los 40 dólares
. “La gente tiene la opción de comprar bienes o comprar dólares y están comprando dólares” dijo Asdrúbal Oliveros, el director del afirma venezolana de consultoría Ecoanalitica, a la agencia Bloomberg.
“El entorno económico está influenciando este fenómeno: la inflación y el riesgo de default van en aumento, mientras que la situación política es cada día más tensa. La gente prefiere proteger su dine- ro” señaló
Crisis macroeconómica
A mediados de este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la inflación en Venezuela será de 1,600 por ciento el siguiente año.
Asimismo, el organismo multilateral proyecta que la economía venezolana presentará una contracción de 10 por ciento del producto interno bruto en 2016 y de 2.5 por ciento en 2017.
El mes pasado, Petróleos de Venezuela, la firma energética estatal, estuvo al borde del default. Sin embargo, en un acuerdo de último minuto, logró extender el plazo de vencimiento para evitar una suspensión de pagos de 5.3 mil millones de dólares.
Actualmente, los bonos soberanos de Venezuela y de Petróleos de Venezuela son los activos de renta fija que ofrecen el mayor rendimiento en el mundo.
El gobierno venezolano ha privilegiado el pago de todos sus compromisos financieros en el exterior sobre otras prioridades como el desabasto de importaciones de primera necesidad.
Por otra parte, de acuerdo a Bloomberg, las reservas internacionales del país se encuentran en su menor nivel desde el 2003: 12 mil millones de dólares.