Malos hábitos con cargo a tu tarjeta

Se dice que formar un hábito es algo difícIil de lograr y que requiere de inversión en tiempo y energía. 

¿Pero qué pasaría si tuviéramos ayuda de algún incentivo monetario adicional para hacerlo?

El campo de la economía del comportamiento, antes un bastión de intelectualidad alejado de la realidad, ha probado ser una fábrica de aparatos para hacer justamente eso. 

Un ejemplo es el reloj de alarma llamado “snuz n’luz”, o “duerme y pierde” en español, que penaliza a los que se les dificulta levantarse por la mañana. 

Eduardo Flores Eduardo Flores Publicado el
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Se dice que formar un hábito es algo difícIil de lograr y que requiere de inversión en tiempo y energía. 

¿Pero qué pasaría si tuviéramos ayuda de algún incentivo monetario adicional para hacerlo?

El campo de la economía del comportamiento, antes un bastión de intelectualidad alejado de la realidad, ha probado ser una fábrica de aparatos para hacer justamente eso. 

Un ejemplo es el reloj de alarma llamado “snuz n’luz”, o “duerme y pierde” en español, que penaliza a los que se les dificulta levantarse por la mañana. 

El reloj se programa una sola vez ingresando tus datos de tu tarjeta de crédito y los de tus preferencias de caridad. 

Cada vez que el usuario decide desobedecer al reloj, presionando el famoso botón de “snooze”, el reloj deja de sonar por 10 minutos, pero tu tarjeta de crédito automáticamente dona dinero a una organización con la cual no estés de acuerdo. 

Los creadores del reloj, pero también quienes lo compran, esperan que el incentivo de pérdida monetaria obligue a muchos a dejar el hábito de dormir excesivamente. 

Otro ejemplo son los sitios de Internet dedicados a ayudarte a perder peso. 

Dependiendo del funcionamiento del sitio, el usuario ingresa sus datos de peso y fija metas a corto y largo plazo de reducción. 

Pero lo que distingue a esto de una mera promesa es que hay dinero propio de por medio.  

En el registro se apuesta contra personas en grupos sobre quién logrará su meta o, inclusive, puede ser contra ti mismo, recuperando tu dinero si bajas los kilos que te propusiste. 

Desde luego que el sistema depende de la confianza, puesto que puedes mentir sobre tu progreso, pero las cantidades parecen ser lo suficientemente pequeñas como para que no exista gran incentivo por hacerlo. 

Al final del día, la motivación más importante es formar un hábito o llegar a una meta. 

Duele perder

Pero, ¿Por qué no recompensar más que quitar? 

Las investigaciones de economía del comportamiento más influyentes han encontrado que tendemos a valorar mucho más una pérdida de algo que ya tenemos que una ganancia. 

Es decir, nos duele mucho más perder dinero en nuestra tarjeta de crédito que perder una oportunidad de ganar más. 

Si empleas ese conocimiento sobre la necesidad que muchos tienen de cambiar ciertos hábitos, tienes un mercado en crecimiento. 

Los consumidores no tienen problema en pagar por un artefacto o servicio que los castigue si a cambia logran cambiar algunos hábitos. 

Y los productores cada vez lo entienden más. 

Reloj que te cobra
Adquiérelo si quieres una ayuda extra para levantarte temprano

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