Las últimas 24 horas han sido una sangría para las criptomonedas. Con la excepción de cuatro casos, el precio de las 100 divisas digitales de mayor valor de capitalización de mercado presentaron caídas porcentuales de dos dígitos.
Bitcoin perdió el 17.56 por ciento de su valor; Ethereum, el 18.63 por ciento; y Ripple, el 28.15 por ciento.
La oleada de pérdidas ocurre en medio de una creciente incertidumbre sobre el papel que jugarán los reguladores estatales en el control de una tecnología cuya principal función es validar transacciones monetarias sin la necesidad de una autoridad central.
En Corea del Sur, uno de los países con mayor actividad en la operación de criptodivisas, el ministro de Finanzas, Kim Dong-yeon, dijo que el gobierno está considerando cerrar todos los centros de intercambio de monedas digitales.
Esto generaría una disrupción sin precedentes en el mercado de las divisas digitales. De acuerdo al analista Neil Wilson, de ETX Capital, Corea del Sur representa el tercer mayor mercado de criptomonedas en el mundo.
A las declaraciones de Kim se suman las palabras de Steven Maijoor, el presidente de la Autoridad de Valores y Mercados de la Unión Europea, quien afirmó textualmente en una entrevista televisiva que los inversionistas de Bitcoin “deberían estar preparados para perder todo su dinero”.
Por otro lado, un reporte de Bloomberg refiere que las autoridades regulatorias de China, una de las jurisdicciones más restrictivas para la operación de criptodivisas, está ampliando sus esfuerzos de política pública para bloquear el acceso a este tipo de servicios. El año pasado, Beijing prohibió todos los centros de intercambio de criptodivisas.
Bitcoin, excesivamente concentrado
El clima de tensión que han generado estas noticias en la comunidad de las criptodivisas tiene un potencial devastador, considerando la estructura del mercado: un reporte para clientes del banco de inversión Credit Suisse estima que el 97 por ciento de todos los Bitcoin en circulación están concentrados en cuatro direcciones electrónicas.
Ante la falta de un valor subyacente, el precio de las divisas digitales depende de la expectativa de que el precio del activo siga subiendo, ya sea por la entrada de nuevos jugadores al mercado, por la adaptabilidad de la tecnología del blockchain a aplicaciones de la economía real, o por simple especulación. A pesar de los saltos de volatilidad, el precio del Bitcoin creció más de 1,300 por ciento en el 2017.
Sin embargo, los críticos de este mercado advierten que las limitaciones tecnológicas y regulatorias comienzan a arrastrar a las criptodivisas hacia una realidad en la que el crecimiento exponencial en el precio de estos activos será sustituido por una narrativa similar a la de la burbuja de las dotcom.