México cerró el 2017 con la segunda peor inflación en energéticos entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), solo detrás de Turquía que finalizó el año con 11.9 por ciento, mientras que el país registró 6.8 por ciento en diciembre.
Los cambios en la regulación de los precios de la gasolina y otros energéticos, y el adelanto de la liberación de su costo en noviembre, influyeron en el pico inflacionario, con un aumento de 15.8 por ciento más en comparación con 2016, lo que representa más del doble que el promedio de 6.9 por ciento registrado por los 35 países socios de la OCDE.
En el extremo opuesto, Irlanda e Israel reportaron la inflación más baja con 0.4 por ciento seguidos de Finlandia, Grecia y Suiza. El promedio fue de 2.3 por ciento entre los 35 países que conforman la OCDE.
En el rubro de los alimentos, los precios en el país se encarecieron siete por ciento durante 2017, cinco veces más que la inflación promedio de 1.4 por ciento de la organización internacional.