México contra las cuerdas…
La reforma fiscal de Estados Unidos ha puesto a México en un gran dilema, ya que este año estará marcado por uno de los procesos electorales más complejos, lo que limita la toma de decisiones por parte de un gobierno al que le quedan 10 meses en el poder
Nayeli Meza OrozcoMéxico está en una encrucijada. La nueva reforma fiscal del presidente Donald Trump ha puesto sobre las cuerdas a la segunda mayor economía de América Latina, debido que existen diversos factores que lo ponen en desventaja ante Estados Unidos.
El primer golpe lo dio el gobierno estadounidense, luego de que el 22 de diciembre de 2017 el inquilino de la Casa Blanca promulgara una ley que propone, entre otras cosas, la reducción de la tasa corporativa de 35 a 21% a partir del 1 de enero de 2018, la eliminación del impuesto alternativo mínimo (AMT, por sus siglas en inglés) y una nueva exención fiscal a dueños de negocios de 20% sobre sus utilidades.
La reforma fiscal ha prendido las alarmas del gobierno y del sector empresarial en México, pues, tener una tasa corporativa mayor a la de Estados Unidos puede restar competitividad a nuestro país, ya que esto va de la mano con las decisiones de inversión hacia México que puedan estar en discusión en el mediano y largo plazos.
Ante este complejo panorama, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) asegura que es complicado que México pueda instrumentar una medida espejo en términos fiscales para compensar lo que Trump logró que se aprobara a finales del año pasado porque “las modificaciones fiscales impulsadas en Estados Unidos fueron muy ambiciosas en términos de la reducción que hay sobre el impuesto sobre la renta, la deducibilidad inmediata de ciertos tipos de inversión productiva y algunos beneficios fiscales que hay para la población”.
En este sentido, el también catedrático de la EGADE Business School adelanta que, México deberá hacer cambios en materia hacendaria, no solo en ingresos, sino también en la parte de gastos para tratar de encontrar cierta compensación, aunque advierte que esta medida no tendrá la misma dimensión como en Estados Unidos.
La reforma fiscal impulsada por el presidente republicano le resta competitividad al régimen fiscal mexicano. Tras la aprobación de la iniciativa, nuestro país se convirtió en la tercera nación con la tasa de ISR (Impuesto Sobre la Renta) más alta a nivel mundial, de acuerdo con datos de la consultoría Deloitte.
En la actualidad, la tasa del ISR en México es de 30%, superada solo por Francia, con 34.3%; y Bélgica, con 34%.
El impacto de la reforma fiscal de Estados Unidos ha creado un ambiente de preocupación en México, el cual se suma a la incertidumbre generada por los resultados de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la contienda presidencial a realizarse el próximo 1 de julio.
“Evidentemente nuestro país tendrá que enfrentar retos importantes durante este año, en especial la limitada capacidad de realizar cambios fiscales para contrarrestar los posibles efectos de la política tributaria aprobada en Estados Unidos para evitar una pérdida de competitividad fiscal en el entorno internacional”, destaca un análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.
Riesgo político
Especialistas coinciden en que a estas alturas ven casi imposible que México pueda impulsar una reforma fiscal como Estados Unidos, ya que intervienen diversos factores, tales como:
- La administración del presidente Enrique Peña Nieto está a 10 meses de concluir, lo que dificulta un debate profundo sobre una iniciativa similar.
- En julio de este año, México vivirá una jornada electoral importante, en donde se elegirá al próximo Titular del Ejecutivo, así como a 500 diputados federales, 128 senadores, nueve gubernaturas, 1,132 legisladores locales y 1,626 ayuntamientos.
- La legislatura cambia el 31 de agosto y el 1 de septiembre toman protesta los nuevos diputados y senadores. Además de que están pendientes los nombramientos del nuevo auditor superior de la Federación, los magistrados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, y los Fiscales anticorrupción y electoral.
“Lamentablemente México está enfrentado esta tormenta casi al cierre de un gobierno federal y los cambios en el poder legislativo impiden que exista un cambio sustancial, además, hace unos días, las propias autoridades hacendarias dijeron que no veían la necesidad de hacer un cambio en esta materia. La tarea se está dejando en manos de quienes aspiran a la presidencia; los cambios reales los veremos en más o menos un año después de las elecciones de julio”, agrega Leticia Armenta Fraire, analista económico del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
José Luis de la Cruz también reconoce que el riesgo político de impulsar una reforma fiscal en México es alto, sobre todo, tomando en cuenta el contexto actual en materia de seguridad y violencia. “En estos momentos, nadie se atreve a meter las manos al fuego por una iniciativa de esta magnitud”, agrega.
México pierde brillo
En el marco de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, la firma de consultoría PwC presentó su 21ª Encuesta Global de CEO, en donde México salió del top 10 de la lista de los mercados más atractivos para invertir. En esta edición, la economía mexicana retrocedió cinco lugares, al pasar de la posición 8 a la 13.
Mauricio Hurtado, Socio Director de PwC México, explica en la encuesta (basada en la opinión de 1,293 CEO de 85 países) que, en el caso particular de México, “la incertidumbre generada por la reforma fiscal de Estados Unidos y la renegociación del TLCAN ha tenido un impacto en la opinión de los CEO”. En sintonía, José Luis de la Cruz advierte que, “sin duda, los cambios hechos por Donald Trump afectarán los flujos de inversión productiva que vienen a México”.
Leticia Armenta Fraire destaca que en el corto plazo los sectores que verán una mayor afectación, debido a que Estados Unidos se convertirá más atractivo para invertir, son el automotriz, de maquinaria, y la metalmecánica. “Entre las industrias más deterioradas destacan las maquiladoras por la estrecha relación comercial que tienen con el país del norte”.
Los caminos a tomar
Apesar de la incertidumbre que ha generado la reforma fiscal de Estados Unidos, México todavía tiene esperanzas. Grupo Financiero Monex explica en un reporte que, aún con la aprobación de la reducción de 35 a 21% de la tasa corporativa para las empresas estadounidenses, éstas están obligadas a pagar adicionalmente impuestos estatales y locales. La tasa promedio de estos impuestos es de 7.29%, lo que sumado a la tasa federal de 21% daría una tasa total de 28.29%, ligeramente por debajo de la tasa del 30% que existe en México.
“Diversas autoridades del gobierno mexicano han señalado que continuarán evaluando si es o no necesario realizar modificaciones al marco fiscal mexicano, pero de momento éste se mantendrá sin cambios, ya que los efectos parecen limitados, aunque el atractivo de nuestro país (en términos fiscales) se ha acotado”, menciona Monex.
Otra de las alternativas sería reducir la tasa de ISR, comentan Ricardo González, Director Nacional de Impuestos y Servicios Legales de Deloitte, y Eduardo Barrón, Socio de Impuestos Internacionales de Deloitte, en un análisis elaborado de manera conjunta. Sin embargo, el margen que México tiene para hacerlo es mínimo, por lo que es poco probable que se pudiera alcanzar el nivel de 21% propuesto por Donald Trump.
“Si México lograra disminuir algunos puntos porcentuales su tasa de ISR, tendría que compensar esta baja con algún otro gravamen y, en esa ecuación, el consumo podría convertirse en la clave para equilibrar la balanza”, detallan los especialistas de Deloitte.
El sector empresarial ha pedido que se incorporen medidas que puedan frenar la reforma de Donald Trump. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) propuso una serie de medidas que solo “requieren de voluntad política”, entre las que destacan la deducción plena de prestaciones laborales, restablecer la deducción plena al 100% de las aportaciones efectuadas para la creación o incremento de reservas para fondos de pensiones o jubilaciones del personales, complementarias a las que establece la Ley del Seguro Social, y dar continuidad al programa de repatriación de capitales.
Aún cuando el reto es mayúsculo, Leticia Armenta Fraire se mantiene optimista, pero reconoce que México está lejos de poner a Estados Unidos contra las cuerdas. “Nos enfrentamos a un camino sombrío y necesitamos reaccionar de manera inteligente, pero contamos con armas que más adelante nos permitirán dar ese golpe que tenemos pendiente con nuestro vecino del norte”.