México obtiene confianza crediticia del FMI
Las autoridades hacendarias han evitado utilizar la Línea de Crédito Flexible que otorga el FMI a países que considera de confianza
María Fernanda NavarroEn plena crisis económica generada por la pandemia de COVID-19 el gobierno mexicano ha descartado hacer uso del crédito de hasta 61 mil millones de dólares que le otorga el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La semana pasada el organismo internacional ratificó que México cumple con todos los criterios necesarios para acceder a los recursos de su Línea de Crédito Flexible (LCF), de acuerdo con un informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico).
Esta ratificación representa un mensaje de confianza para las finanzas del país, sin embargo, inquieta que las autoridades hacendarias descarten “echar mano” de estos recursos tomando en cuenta la contracción económica que transita el país y la necesidad de impulsar, a través de programas fiscales agresivos el crecimiento, coinciden expertos consultados por Reporte Índigo.
La LCF tiene el objetivo de extender la disponibilidad de dólares del banco central de los países que tienen acceso a este instrumento, para protegerse de posibles choques externos, además de incrementar la confianza del mercado.
Para poder tener acceso a esta facilidad las naciones deben demostrar, a través de una evaluación que elabora el FMI, que cuentan con variables económicas fundamentales y marcos institucionales de política económica muy sólidos, aplican políticas robustas, cuentan con una posición externa sostenible y finanzas públicas sólidas en especial una situación sostenible de la deuda pública.
Asimismo este organismo internacional evalúa que los países tengan un nivel de inflación estable, en el marco de una política monetaria y cambiaria sólida; evitar problemas de solvencia en el sistema financiero e integridad y transparencia en los datos proporcionados.
La primera vez que se otorgó la LCF a México fue en abril de 2009, por un monto de 47 mil millones de dólares y para tener acceso a estos recursos los países deben de pagar una comisión anual por compromiso de recursos sobre la suma que pueden utilizar en el periodo de 12 meses de que se trate.
Al final del día, lo que buscas tanto con las reservas del Banco de México como con esas líneas de crédito es mandar la señal a los mercados de que tienes disponibilidad de recursos para hacer frente a tus obligaciones, entonces eso sin duda habla de que hay fortaleza en las finanzas públicas y estabilidad”, advierte Enrique Díaz Infante, director del Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Sin embargo, consideró preocupante que el gobierno descarte utilizar esta línea de crédito para impulsar la reactivación económica del país, sobre todo si se toma en cuenta que se proyecta una contracción económica del orden del nueve por ciento para 2020.
Cabe destacar que en 2017 la Comisión de Cambios de Banxico anunció que se implementará una estrategia gradual de salida de esta LCF, sin embargo, ante el aumento significativo en los riesgos externos por los efectos de la pandemia y de los mercados financieros, se optó por mantener acceso a este monto.
Hace apenas un mes, el FMI señaló que las autoridades mexicanas proporcionaban un apoyo fiscal directo muy modesto que sumaba 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), comparado con el promedio destinado en los países con mercados emergentes del orden de tres por ciento.
Bajo este enfoque, insistió el FMI que se corre el riesgo de una recesión más severa y una recuperación económica más débil, por lo que urgió a adoptar medidas fiscales para proteger a las personas y empresas e incluso sectores informales de difícil acceso.
Evitar deuda con el FMI
Desde el inicio de la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de COVID-19, el gobierno federal ha descartado la contratación de deuda incluso en un escenario de aumento en las tendencias de contagio y retorno a medidas estrictas de confinamiento.
“El discurso es de no incrementar la deuda, que hasta cierto punto puede ser aceptable, el problema es que con ello no se ve ningún mecanismo para impulsar el crecimiento hacia adelante”, señala Carlos González, director de Análisis Económicos, Cambiario y Bursátil de Monex.
El especialista explica que independientemente de la cautela del gobierno, el nivel de la deuda ha incrementado producto de la desaceleración económica del país.
De acuerdo con pronósticos del mismo FMI, la deuda general del gobierno registrará un máximo de 65 por ciento del PIB al final de 2020, que representa un incremento de 11.8 por ciento respecto al registrado en 2019.