Muchos acuerdos, pocos beneficios
Es común encontrar a México rankeado entre los países más abiertos al mundo en términos de tratados de libre comercio.
Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, las administraciones en turno se han tomado muy enserio la política de libre comercio, firmando cada vez más tratados.
Sin embargo, cabe una importante cuestión a señalar: la mayoría de estas alianzas generan poco valor agregado en términos comerciales.
Eduardo Flores
Es común encontrar a México rankeado entre los países más abiertos al mundo en términos de tratados de libre comercio.
Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, las administraciones en turno se han tomado muy enserio la política de libre comercio, firmando cada vez más tratados.
Sin embargo, cabe una importante cuestión a señalar: la mayoría de estas alianzas generan poco valor agregado en términos comerciales.
Si excluimos a Estados Unidos y Canadá de los 44 países con los que México tiene tratados de libre comercio, las exportaciones hacia las otras 42 naciones suman apenas el 10 por ciento.
Las importaciones de países en TLC que no son Estados Unidos o Canadá son 25 por ciento, también pequeñas en comparación con la importancia de los dos principales socios comerciales.
De acuerdo con una investigación académica, cuando se toman en cuenta factores como el tamaño de la economía, la diferencia entre ingresos de los habitantes y el tipo de cambio después de firmar el TLCAN, ningún otro tratado afecta significativamente las importaciones.
Menos efecto
Es decir, desde la firma del tratado de libre comercio con nuestro principal socio comercial, cada nuevo agrega poco, tanto a las importaciones como a las exportaciones.
Entonces, ¿por que se continúa haciendo un esfuerzo importante por entrar a más acuerdos comerciales?
Ya desde 1995 influyentes economistas se preguntaron las razones por la cual un país decide firma un tratado. Entre ellos John Whalley, profesor de economía en la Universidad de Western Ontario, quien escribió un artículo académico sobre el tema.
Desde luego que la primera es la oportunidad que los exportadores nacionales pueden tener al ingresar a mercados nuevos con ventajas sobre los competidores.
Pero de acuerdo con Whalley, existe una serie de factores adicionales y menos cuantificables que impulsan a un gobierno a negociar un tratado de libre comercio.
Por ejemplo, se pueden usar como fichas de negociación para obtener otras concesiones de países grandes, como apoyo en seguridad o como primeras etapas para influir en organizaciones regionales.
Inclusive se pueden buscar con el fin de garantizar que se logren cambios económicos y políticos dentro del propio país, argumentando que son necesarios para el tratado, mejorar la imagen del país frente a inversionistas o impulsar relaciones diplomáticas con países estratégicos.
En el caso mexicano, las últimas razones parecen haber sido influyentes tanto en el TLCAN como en otros tratados.
De acuerdo con una publicación del Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos, la motivación primordial del gobierno mexicano detrás del TLCAN fue mejorar la imagen de México ante inversionistas extranjeros.
Sin embargo, resulta obvio que este efecto tiende a perderse a medida que se firman más tratados puesto que no hay nada nuevo en hacerlo.
Otra razón podría ser el acercamiento político, lo que parece ser cierto en el caso con Chile e Israel, firmados en su tiempo con una clara política exterior en mente.
Finalmente, se podría inclusive tratar de una manera de protegerse ante los miembros de otros tratados.
Algunas investigaciones han encontrado que los países con más tratados de libre comercio tienden a tratar de manera desigual a países más proteccionistas en cuanto a los aranceles de sus importaciones.
Tener tratados es simplemente ser parte de un club.
Pero ninguna de las anteriores justifica la importancia o fe puesta en los tratados por parte de las autoridades para solucionar todos los problemas de la economía.
Firmar tratados adicionales con el resto de los aproximadamente 150 países en el mundo haría poco para impulsar el crecimiento en el corto plazo.
Calidad, no cantidad
En este sentido se vuelve más importante buscar tratados favorables con países con los que ya se comercia intensivamente. Un ejemplo claro es el de China. con el que comerciamos una cantidad importante cada año y cuyos términos de intercambio dejan mucho qué desear y en algunos casos dejan en desventaja al productor mexicano.
Por ejemplo, las altas tarifas en algunos bienes, como los textiles, en lugar de propiciar protección al productor mexicano terminan por generar contrabando e informalidad.
Mucho ruido, pocas nueces
Estos son algunos de los países con los que México tiene tratados de libre comercio que le reportan poca utilidad
— Bolivia
Comercio total 2011: 45 millones de dólares
Firmado en 1995, el tratado con el país andino representa poco en términos de intercambio comercial.
— Uruguay
Comercio total en 2011: 277 millones de dólares
A pesar de incrementar considerablemente en los últimos años, el país sudamericano todavía importa poco de México.
— Nicaragua
Comercio total en 2011: 148 millones de dólares.
Vigente desde 1998, el comercio con el país centroamericano representa un minúsculo porcentaje del total de México.
— Israel
Comercio total en 2011: 541 millones de dólares.
Firmado en el 2000, en parte para impulsar a las industrias de alta tecnología, este tratado no ha podido despegar.
— Costa Rica
Comercio total en 2011: 2 mil 600 millones de dólares.
El primer tratado de libre comercio con un país centroamericano ha multiplicado el comercio entre los países, aunque continúa siendo pequeño.